08 Agosto de 2016 10:20
La estrella norteamericana de las piscinas, Michael Phelps, sorprendió por algo más que su performance al público que sigue los Juegos Olímpicos de Río: de la mano de los curiosos moretones circulares que exhibió en su espalda y brazos.
Los moretones en la espalda de Phelps tienen explicación.
Las extrañas marcas, sin embargo, no tienen nada que ver con un hecho de violencia sino que constituyen la huella de un antiguo tratamiento médico alternativo, el cupping o "ventosaterapia".
El método consiste en encender un algodón empapado en alcohol e introducirlo en una ventosa de vidrio. Cuando el fuego se apaga, el vidrio se apoya sobre la piel del paciente y, debido a la combustión del oxígeno, se crea un vacío mediante succión.
Y aunque parezca ahora algo novedoso por lo alternativo, se trata de un método originado en China hace miles de año, que luego fue probado también por los médicos en Europa y en América.
De hecho en la época de los colonia era un tratamiento habitual. Mucho más acá en el tiempo, a principios del siglo XX se utilizaba como un método casero para curar el empacho.
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El procedimiento causa una congestión local que, según se cree, eleva la circulación sanguínea de la zona y puede ayudar a tratar dolores musculares, lesiones de tejido conectivo, contracturas e inflamaciones.
Phelps no es el único deportista que ha recurrido a la terapia: el jugador de los Denver Broncos DeMarcus Ware, los gimnastas olímpicos Alexander Naddour y Natalie Coughlin y la actriz Gwyneth Paltrow también se cuentan entre sus adeptos.
"Se siente como si alguien te pellizcara en la espalda durante cinco minutos", le contó la nadadora Kayla Hutsell a la revista Swimming World en relación al tratamiento con ventosas. "Pero lo que se siente cuando te sueltan absolutamente vale los cinco minutos de dolor".