River y Boca ya disputaron el partido de ida por la semifinal de la Copa Libertadores. Fue triunfo para los dirigidos por Marcelo Gallardo, que con mucha autoridad se impuso por 2 a 0 ante su clásico rival. Mientras tanto, los hinchas xeneizes se mantienen optimistas, ya que la vuelta se jugará en La Bombonera, dentro de 19 días, con una particularidad: se disputará en la misma semana de las elecciones.
Por esta razón, en pos de evitar un problema extra y tratar de que no se altere una semana que de por sí ya va a tener un clima tenso, trascendió que el Gobierno le iba a pedir a la CONMEBOL la postergación de la revancha, la cual tiene como fecha pactada el martes 22 de octubre.
En su momento, se supo que el pedido al organismo se iba a hacer a través del Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de la ministra Patricia Bullrich, con el consentimiento de Rodolfo D'Onofrio, presidente de River, y su par de Boca, Daniel Angelici.
Sin embargo, según le confirmaron fuentes del Ministerio de Seguridad a BigBang, esta solicitud finalmente no se hará y el segundo encuentro entre Boca y River mantendrá la fecha pautada por la CONMEBOL: el martes 22 de octubre, a las 21.30, en La Bombonera.
El objetivo del Gobierno era evitar que los antecedentes violentos del clásico más grande de Latinoamérica se repitieran durante la semana más importante para Juntos por el cambio y el país en general: ese mismo domingo, 27 de octubre y cinco días después el partido más importante del año, se llevarán a cabo las elecciones que podrían determinar al nuevo presidente de la Nación.
Otra posibilidad, no admitida en fuentes oficiales, es que una derrota de Boca frente a su clásico rival redundara en un enojo hacia el Presidente Macri, que justamente inició su campaña política luego de haber encabezado la conducción del club de la ribera.
Por esta razón, desde el Gobierno buscaban evitar que la historia de violencia en el Superclásico volviera a repetirse durante este partido. Cabe recordar que el 14 de mayo de 2015, el encuentro por la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores en La Bombonera no pudo terminar luego de que los jugadores de River sean agredidos por “gas pimienta”.
El partido en aquel momento se suspendió cuando los equipos igualaban 0 a 0 porque los jugadores millonarios no pudieron continuar jugando y días más tarde la CONMEBOL decidió sancionar a Boca y darle la serie por ganada a River, que había ganado 1 a 0 en la ida.
El año pasado ocurrió una historia similar: durante el encuentro de vuelta en el Monumental en la histórica final de Libertadores, el micro de Boca fue agredido a piedrazos por los simpatizantes de River, provocándole una importante herida en uno de sus ojos a Pablo Pérez, por entonces capitán xeneize, hoy jugador de Independiente.
Si bien el partido de ida, que se había desarrollado el 11 de noviembre, se desarrolló en La Bombonera con total normalidad, lo ocurrido en Núñez provocó que el organismo sudamericano suspendiera el encuentro, lo programara el 9 de diciembre y lo mudara a Madrid, España. Aquella vez, por las fallas en el operativo de seguridad fue desplazado de su cargo como ministro de Seguridad porteño Martín Ocampo.
En la inédita y polémica sede del Santiago Bernabéu, el estadio del Real Madrid, River superó a Boca por 3 a 1 (2 a 2 en la ida) y se coronó como campeón de la Libertadores. Con estos antecedentes, y teniendo en cuenta que se trata otra vez de un partido definitorio, desde el Gobierno entendían que podría haber disturbios en las calles cinco días antes de las elecciones.
Pero ante la consulta de BigBang, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación fueron categóricos: “No se cambia la fecha del superclásico, no se mueve". Esto se debe a que la CONMEBOL ya tiene todo vendido para el encuentro que se disputará en tres semanas en La Bombonera, por lo que finalmente decidieron no pedirle al organismo que lo mueva.
El intento original era cambiar ambos partidos al 8 y 29 de octubre, algo que se descartó al principio debido a la fecha FIFA prevista para las selecciones. Otra opción era que los partidos se disputaran sin público, una idea carente de sentido que se descartó casi de inmediato debido a que la CONMEBOL rechazó cualquier posibilidad de que no haya hinchadas presentes.
Por último surgió el deseo de mover solamente el partido del 22 de octubre, algo que desde el ministerio terminaron de descartar en las últimas horas. En un contexto de crisis que afronta el país, son muchos los que señalan que la gestión de Horacio Rodríguez Larreta podría verse debilitada en el caso de que se repitan los incidentes en las calles de la Ciudad.