13 Marzo de 2020 15:43
El departamento de investigación de accidentes aéreos del Reino Unido (AAIB) reveló este viernes el informe final que refiere a la existencia de muchas irregularidades en el accidente aéreo que provocó la muerte del argentino Emiliano Sala, quien falleció el 21 de enero de 2019 cuando el avión que lo transportaba de Nantes a Cardiff se estrelló en el Canal de la Mancha.
Según la AAIB, el piloto del avión, David Ibbotson, no tenía entrenamiento previo para volar de noche y su licencia, que le permitía volar una aeronave de un solo motor, había expirado tres meses antes del accidente. "Ni el piloto ni la aeronave tenían las licencias o permisos necesarios para operar comercialmente”, aclararon.
La agencia EFE explicó que la investigación concluyó que Ibbotson perdió el control de la nave durante un giro y la AAIB lo consideró como la situación "más probable" porque el vuelo se realizó fuera de los estándares de seguridad aplicables a una operación comercial.
En detalle, se descubrió que esa maniobra fue para recuperar las Condiciones Meteorológicas Visuales (VMC), debido a que durante el vuelo había tormenta.
“Posteriormente, la aeronave sufrió una ruptura en vuelo mientras maniobraba a una velocidad aerodinámica significativamente superior a su velocidad de maniobra de diseño”, sumaron.
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También se indicó que Sala e Ibbotson "probablemente" sufrieron envenenamiento por inhalación de monóxido de carbono mientras el avión se precipitaba contra el mar, debido a que la autopsia confirmó que “la sangre del pasajero mostró un nivel de saturación de carboxihemoglobina (COHb) del 58%”, un nivel “potencialmente mortal”.
Sobre esto, sumaron que las “inspecciones de los sistemas de escape" indicaron que no eliminaban el riesgo de una intoxicación por monóxido de carbono y que “no había un detector de CO con una advertencia activa en el avión que pudiera haber alertado al piloto de la presencia de CO a tiempo para que tomara medidas de mitigación".
El cuerpo del ex delantero santafesino fue recuperado semanas después del accidente junto al fuselaje del avión y el de Ibbotson continúa desaparecido. El proceso para esclarecer el caso se desarrolló a lo largo de 14 meses y tuvo a la agencia del Reino Unido al frente de la investigación, aunque también compartió la información con las entidades de Argentina (JIAAC), Francia (BEA) y Estados Unidos (NTSB)