La FIFA dio un paso en dirección al ridículo al aprobar con el voto unánime de su Consejo -reunido en Zurich- cambios radicales en el formato del torneo, a partir de 2026. El Mundial de ese año -todavía no tiene un país asignado como sede- contará nada menos que con 48 equipos, que serán divididos en 16 zonas de tres. Los dos primeros equipos de cada zona clasificarán para la siguiente, y los partidos que finalicen empatados al cabo de los 90 minutos se definirán por penales.
Gianni Infantino: pulgares en alto para el MegaMundial de los penales.
A partir de la segunda ronda, los partidos serán por eliminación directa. En caso de empate, habrá alargue y, si subsiste, penales. El Mundial de 48 equipos es una de las promesas que le permitió al italiano Gianni Infantino convertirse en presidente de la Fifa. Es que el nuevo sistema le permitirá clasificarse a equipos poco competitivos que en un Mundial de 32 equipos no tendrían la menor posibilidad.
El sistema de empate y definición por penales desde la primera ronda también contribuye a "nivelar para abajo": los equipos que conocen sus limitaciones se "colgarán del travesaño" ante los más poderosos, en busca del negoción que les represente la definición por penales. Con este sistema, un equipo podrá ser campeón sin haber ganado ningún partido en los 90 minutos.
La competencia durará 32 días, durante los cuales se disputarán 80 partidos. Según la agencia AFP, un informe reservado de la FIFA indica que el organismo recaudará 640 millones de dólares más que en un torneo con el formato actual. Allí están las claves de un cambio indefendible desde lo deportivo, pero óptimo desde el negocio.