07 Septiembre de 2016 19:03
“No sé si voy a estar porque me duele mucho el pubis”, había afirmado Lionel Messi luego del 1 a 0 de Argentina a Uruguay el jueves pasado, cuando ambas selecciones se enfrentaron en las Eliminatorias al Mundial 2018. Su anuncio fue un preludio a su ausencia en Venezuela, donde el equipo apenas empató 2 a 2 y sintió mucho su ausencia.
El crack de 29 años, que ahora vuelve loco a sus rivales luciendo una melena rubia platinada, quiere estar óptimo y recuperado para la ajustada agenda que tendrá con su equipo, Barcelona, y, por supuesto, con la Selección argentina, ahora que su regreso ya es una realidad.
Y la receta que Messi encontró para recuperarse fue un combo de tranquilidad, relax y mucha, pero mucha vida familiar, que le permite disfrutar de su mujer Antonella Roccuzzo; de sus hijos Thiago y Mateo, y también de Hulk, el dogo de Burdeos gigante de siete meses, regalo de su amada.
Además de mostrarse relajado y disfrutando de la tranquilidad, Lio también dejó al descubierto uno de sus lados más tiernos y ocultos: su rol como padre, jugando con sus hijos y disfrutándose todos mutuamente.
Messi, el empresario más distraído
Otra de las cosas que Lio aprovechó para hacer en este tiempo de relax fue conocer el Bellavista, un restaurante ubicado en la calle Enric Granados de Barcelona que inauguró hace dos meses. Hasta acá nada raro, salvo por un detalle: el restó es de él y de los hermanos Juan Carlos, Borja y Pedro Iglesias.
Hoy pasamos a conocer el restaurante bellavista !!! Linda noche !!
Tan ajustada es la agenda del crack que recién el domingo pasado, recién llegado desde Argentina, pudo ir a conocerlo. “Hoy pasamos a conocer el restaurante Bellavista. Linda noche!!”, escribió en su cuenta de la red social Instagram junto a una foto donde se lo ve acompañado de su bella novia.
Según informaron medios españoles, Lionel se dio el gusto y pidió milanesa de solomillo de ternera y papas fritas. Cenó con familiares y amigos en uno de los reservados del local, pero tanto cuando entró como cuando se fue saludó a los demás clientes que cenaban en el restó.