José Luis Meiszner no es un hombre más en la estructura de AFA. Desde que murió Julio Humberto Grondona, el 30 de julio de 2014, el poder se dividió entre varios dirigentes que buscan ocupar el sillón vacante, hoy en manos de Luis Segura. Por lo menos hasta las elecciones de octubre, cuando se renueve la Presidencia de la entidad.
“Mi relación personal con Julio Grondona es simple. Hay que partir de la base de que estar sentado en esta silla (que estuvo Don Julio durante 35 años), a cuarenta centímetros de la silla del vicepresidente de la FIFA no es algo logrado por concurso”, declaró Meiszner alguna vez sobre el fallecido presidente.
Fue un hombre de extrema confianza para Grondona hasta su muerte. De él aprendió, como pocos, la mejor manera de administrar el poder dentro de la AFA, a través de la estrecha mesa chica.
En la Conmebol, entidad de la que es Secretario General.
Llevó a cargo varias misiones para el grondonismo, entre ellas el negocio que le cambió la vida a la entidad madre. En 2009 fue uno de los ideólogos de Fútbol para Todos, el cuestionado acuerdo entre el Gobierno y la AFA, que lleva seis años de sociedad. Y que todavía no pueden dar cuenta de cómo se gastan los recursos que transfiere el Estado.
Meiszner no salió de un repollo para ser fuerte en el fútbol. Fue un dirigente histórico de Quilmes, es más, el estadio lleva su nombre. Fue presidente durante un tiempo largo, pero con un poder vigente y presente, entre las sombras. Aunque él lo niegue ante la prensa.
Sobre el actual templo quilmeño, que él hizo construir e inaugurar en 1995, con un amistoso entre la Selección Argentina y Australia, dicen que vendió los terrenos de la vieja cancha a una inmobiliaria, que luego se usaron para construir torres con departamentos. A cambio de ello, logró obtener el terreno de la actual cancha en otro zona del distrito.
Si bien en la actualidad apoya y defiende a los clubes como institución “sin fines de lucro”, en 2000 se enfocó en gerenciar el fútbol profesional en tiempos de crisis para los torneos argentinos. Fue un “privatizador del Fútbol” pero hoy quiere mostrar que trabaja para ellos. Y hasta lo justificó: “El gerenciamiento es lo que se impone para permitir el desarrollo del fútbol en nuestro país”, declaró Meiszner en ese momento.
Con Aníbal Fernández. Ambos fueron dirigentes de Quilmes.
Por estos días el club de sus amores atraviesa una crisis económica muy fuerte, es más: hubo huelgas de jugadores por retraso en los pagos, entre 2013 y 2014, al igual que salidas conflictivas de entrenadores, como la de Ricardo Caruso Lombardi, por citar un ejemplo.
Pese a la a crisis, común en varios clubes, aparecieron de repente 12 refuerzos, mucho de ellos, muy costosos. Julio Falcioni como DT, con pasado en Boca, el ex River, Diego Buonanotte, Fabián Assmann, ex arquero de Independiente, y el ex Racing y Liga de Quito, Claudio Bieler, como los más conocidos.
Otro hombre importante en el club sureño es Aníbal Fernández. Ambos son amigos y fanáticos. El actual jefe de gabinete, presidente de Quilmes en licencia, dejó en el cargo a su vice: Andrés Meiszner, hijo del actual secretario de la Conmebol. Su hijo fue Director Nacional del Registro Nacional de Armas (Renar) hasta 2011.
Hoy José Luis Meiszner ocupa el cargo de secretario de la Conmebol, puesto que tuvo resonancia, cuando tuvo un cruce con Daniel Angelici, presidente de Boca, y que hace pocos días renunció a la vicepresidencia segunda de la AFA, por la sanción que recibió Boca. Meiszner justificó el fallo “blando” de la entidad.
“Debemos ajusticiarnos a lo que pide la FIFA. Habrá severidad”, declaró el propio Meiszner cuando se conocieron la gravedad de los incidentes. El mandatario xeneize, lo atacó. “Si Meiszner es uno de los candidatos a presidente de la AFA, como pretende, pobre el fútbol”. “No estoy enfrentado con Angelici. Su entusiasmo por tener el cargo que yo tenía, lo entendió como un enfrentamiento personal", retrucó JLM.
Hace algunos años. Siempre estuvo cercano al poder.
Se dice que el presidente de Boca tenía una promesa de Luis Segura para tener un cargo en la Conmebol, deseo que quedó nulo por todo lo sucedido en el bochornoso último clásico, y a eso, se sumaron las posteriores criticas públicas de Angelici quien denunció que “la AFA funciona en Balcarce 50”.
Meiszner gana cerca de 40 mil dólares por mes y suma viáticos de la FIFA cada vez que lo citan.
Ante la prensa él niega que quiera ser candidato, pero por lo bajo trabaja, y mucho, a través su mano derecha, Javier “Pipo” Marín, presidente de Acasusso, integrante del Comité Ejecutivo, y voz cantante en una AFA, en la que los clubes de ascenso pueden hacer ganar la elección de octubre, y para captar los posibles 45 votos entre clubes de las categorías inferiores y ligas del interior. Marín es un buen instrumento.
Otro de los hombres que usa en las sombras, pero con un silencio mediático, es a Ernesto Cherquis Bialo, que criticó en otros tiempos a Grondona. Pero Don Julio, con una hábil estrategia de acallarlo, lo incorporó a AFA como director de medios. Hoy sigue ocupando el cargo de forma visible para trabajar, de una forma “fina”, en la candidatura “no oficial” de Meiszner. 58.000 pesos por meses (90 mil, erogación total de la AFA).
A Cherquis lo llaman “Equis” en los pasillos de AFA, sobre todo aquellos que le ven cierta energía negativa hacia la figura de Tinelli, que desea captar votos para lograr ser candidato. El periodista es “los ojos” de Meiszner sobre todo lo que sucede y se dice dentro de la entidad. Al menos durante los cuatros días por semana que va a su oficina en la AFA. Con el tiempo Cherquis adoptó una práctica típica de las corporaciones modernas: los viernes trabaja desde la casa.
Meiszner, hombre de nutrido léxico, pero medido en sus declaraciones publicas, trabaja de manera incansable para ser una opción presidenciable para la AFA. De esta forma poder seguir administrando el poder vacante de Grondona. ¿Lo logrará?