“Soy un pibe inquieto”. Ricardo Centurión, el ex delantero de Boca, fue desafectado en julio del club, después de que su ex lo denunciara por violencia de género. Ahora, el delantero de 24 años rompió el silencio desde Italia.
El jugador se fue del país en medio de una fuerte polémica.
Reconoció haberse “portado mal”, en relación a los escándalos nocturnos que protagonizó tras su ingreso al club xeneize. “Hice mis cagadas, lo admito. Pero también me jodieron mucho. No me dejaban en paz. Me sentía perseguido por mi propia sobra y eso es feo. Al estar acá, tengo paz”, se atajó en diálogo con el programa Closs Continental.
Melisa Tozzi, su ex, lo denunció por violencia de género.
El jugador no se opuso a la decisión tomada por el técnico, quien lo desafectó del equipo. "No podía estar más allá. Por mí mismo y mi familia. Yo fallé. Hasta el último día fallé. A Guillermo (Barros Schelotto) no le podía decir nada: le tenía que dar la mano, un abrazo e irme. Me bancó hasta donde pudo", afirmó.
"No creo poder volver a Boca. No podría porque no soy un pibe de quedarme quieto. Me gusta ir a la casa de mi tía, ir a algún lado con mis amigos. Para sentirme perseguido si un día libre me tomo una cerveza, o si estoy en un shopping, viene una piba a sacarse una foto y ya me inventan esto o me digan lo otro. No podría. Y después terminan diciendo que yo le hago mal a Boca".
El director técnico de Boca le pidió que dejara el club.
Por último,
Centurión disparó:
“Yo me hago cargo de mi cosas, no de la de los demás, que me hicieron cargo a mí, porque me mataron por todos lados. Y hay que aguantar que digan negro villero o cabeza de tacho. Si nadie sabe de dónde vengo, si me faltó un plato de comida, si lloré o reí. Nadie lo sabe".