13 Junio de 2017 16:41
El equipo mendocino Sport Club Pacífico de General Alvear sorprendió al dejar afuera de la Copa Argentina a Estudiantes de La Plata. Oriundo del Torneo Federal B, El Lobo de Mendoza llegó a disputar el partido sin sponsor oficial, con jugadores que no cobran salarios por jugar y tienen otras profesiones: algunos son pintores y otros preceptores.
Pero semejante hazaña tiene su estrategia detrás, aunque en esta oportunidad no es para nada leal y roza los límites del bochorno. Y es que, como dice el refrán: “el fútbol es para los vivos”. Esta singular frase, por momentos despectiva con el buen juego, describe a la perfección lo hecho por los jugadores de Pacífico durante su encuentro con el equipo de La Plata.
Ivo Hong festeja el segundo tanto de Pacífico.
Todavía disfrutando de la gran hazaña, Federico Allende, el número 2 del equipo mendocino, aseguró que pinchó a los delanteros de Estudiantes con agujas durante el partido. Un acto condenable, sin dudarlo, pero que tiene un tinte muy especial por el rival de turno.
El Estudiantes de Osvaldo Zubeldía logró escalar a la cima del fútbol mundial al consagrase en tres Libertadores (1968, 69 y 70) y una Copa Intercontinental (1968). Sin embargo, su historia fue manchada por una leyenda negra que lo vinculaba al juego sucio y que hoy en día sigue vigente.
Las malas lenguas aseguraban que jugadores del equipo platense pinchaban a los rivales. Carlos Bilardo, en más de una oportunidad, habló del tema y si bien bromeó al respecto, reconoció que se trata de una campaña para quitarle méritos a aquel equipo señalado como el “antifútbol”.
Carlos Bilardo, la figura del Estudiantes de Zubeldía.
En diálogo con el programa Pesimistas del gol, de Radio Vorterix de Córdoba, el defensor de Pacifico habló de lo hecho dentro de la cancha y aseguró: “Uno respeta al rival, pero a la hora de que empiece el partido es tu laburo contra el del otro, y hay que faltar un poco el respeto”.
Pero al momento de explicar cómo hizo para superar a los delanteros de Estudiantes, aquellas leyendas negras del Estudiantes de Zubeldía volvieron a cobrar fuerzas, aunque esta vez se ubicaron en la vereda de enfrente. “Tuve que acudir a la 'Gran Bilardo´”, explicó.
"Te lo juro. Tenía agujas. Pobre negro (Juan) Otero, lo maté. ¿Qué querés que haga? Se dio así, sabíamos que teníamos que ensuciar el partido porque al jugador de Primera no le gusta que le hagas tiempo, que le juegues sucio. El Negro me debe haber odiado”, explicó.
Federico Allende, defensor de Pacífico, reconoció que agredió a sus rivales.
Lejos de minimizar la polémica, Allende reconoció que tenía “dos agujas” para pinchar a los rivales. “Una la tenía en la canillera metida hasta el fondo y otra en la mano apenas empezó. En el segundo tiempo acudí a uno más grande porque el Negro no sé qué tiene, es un yacaré", bromeó en referencia a que los pinchazos no le hacían efecto al colombiano.