Arrancamos con un minuto de silencio. Shhhh. Suena la marcha fúnebre, como aquella vez en el programa de TyCSports. Silencio en homenaje a los que pedían la cabeza de Scaloni y ahora lo elogian. Por el relator que quiso que perdiéramos y por el otro que lo mataba siempre. De ahí para abajo. Shhh.
¡Argentina campeón de la Finalissima! 3 a 0 y baile total a Italia
No solo parece que fue ayer, fue ayer. La selección argentina era cuestionada por el mal funcionamiento del equipo y el mayor apuntado era el técnico. Cada programa en TV, después de que jugara la albiceleste, el hombre de Pujato, Santa Fe, era sometido a críticas y burlas de todo tipo.
"No entiendo los cambios del entrenador, para mí se arrebata. ¿Es un peligro darle el último Mundial de Messi a Scaloni?", tiró Vignolo en el debut de la Copa América. Instancias más adelante siguió:
“Si tengo que pensar con el corazón, quiero salir campeón de América a morir con Messi. Si tengo que solo pensar, pensar eh... digo no. Tengo que hacer las cosas mejor y que después venga lo que tiene que venir”.
La editorial fue un dolor de cabeza para el conductor. A pesar de que muchos coincidían en el mal funcionamiento del equipo, las redes sociales no tardaron en tratarlo como mínimo de vende patria.
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Quién te ha visto y quién te ve
Ya pasó. Argentina ganó la Copa América, rompió una racha de 28 años sin títulos y se clasificó para la Finalíssima que se disputó ayer por la tarde contra el campeón de la Eurocopa. La cita con Italia terminó 3 a 0. Fue posiblemente el mejor partido de la era Scaloni y el que mejores números para la historia dejó.Con este triunfo, la Albiceleste acumula 32 partidos sin perder (21 victorias y 11 empates), alcanzando la racha invicta más larga de nuestra historia y superando los 31 cotejos que consiguió el equipo de Alfio Basile entre 1991 y 1993.
En el mano a mano contra la Azzurri, con el duelo de ayer el historial acumula 16 partidos: Argentina ganó 5, Italia 6 y empataron en cinco oportunidades. En cuanto al técnico, Lionel Sebastián Scaloni se transformó en el primer DT argentino en salir campeón en el Maracaná y en Wembley.
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Finalissima perfectísima
Por el rival, por la instancia final, por la presión de seguir ganando y por el fútbol práctico y agresivo que se vio a lo largo de todo el partido, Argentina jugó probablemente los mejores 90 minutos desde que se inició el ciclo. De la mano de Messi, el mejor de los Lioneles de toda la historia. El 10 tuvo un partido perfecto. A pesar de no convertir, manejó los tiempos del equipo, se sacó hombres de encima dejándolos en ridículo, dio pases gol, pensó y volvió a levantar una copa. Clase magistral de fútbol, acompañado por una buena orquesta.
Ángel Di María fue otro de los apuntados por las críticas. Volvió a dar una clase de definición y de jerarquía. “A Di María no lo querían”, decía el Diego. Fue uno de los mejores, de nuevo, de los jugadores que hacen golazos en las finales. De no ser por Donnarumma el resultado hubiese sido más abultado.
Lautaro Martínez, es otro de los puntos altísimos del equipo. Rebotó, aguantó y la mandó a guardar. Jugó para el equipo y se lo notó muy en sintonía con el 10. Nueve siempre al acecho.
Rodrigo De Paul. Líder de la mitad de la cancha, buen pie, sacrificio y ahora bajo el ala del Cholo Simeone en el Atlético. Si no corre no juega. Es uno de los grandes aciertos del técnico y uno de los indiscutibles. Enamoradísimo de Tini.
Dibu Martínez y el Cuti Romero. Los dos grandes plenos del entrenador argentino. Entre los dos cerraron el arco con candados. El arquero se transformó en un emblema y el central en el líder absoluto de la defensa.
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Paulo Dybala. Entró, tuvo una y la clavó al lado del palo. La Joya aprovechó al máximo los minutos que le dio el Míster y el gol seguramente aportó motivos para hacerle un lugar en el plantel que viaje a Qatar. Y eso que todavía está sin equipo.