por Natalia Torres
16 Julio de 2019 14:57El fin de semana pasado, el futbolista Rodrigo Mora tuvo un último partido como homenaje y despedida rodeado del cariño de los hinchas de River en el Monumental. Con apenas 31 años, el uruguayo se vio obligado a abandonar las canchas a causa de una necrosis aséptica en la cabeza del fémur.
Hace unos meses, mientras tanto, se reveló que Diego Maradona sufre de artrosis en sus rodillas y, de hecho, se lo ha visto caminando con la ayuda de un bastón en varias ocasiones. Y años atrás, Gabriel Batistuta supo hablar con sinceridad de los insoportables dolores que sentía en los tobillos luego de su retiro. "Le pedí a un doctor que me cortara las piernas porque no podía caminar", confesó.
Lo cierto es que a pesar de que la salud de los futbolistas está siempre en eje mientras siguen en actividad, los problemas musculares y óseos crónicos son muy usuales luego de su retiro.
"Las patologías crónicas afectan en mayor medida miembros inferiores, siendo más comunes las lesiones en las articulaciones, donde la más afectada es la rodilla, luego el tobillo y la cadera", le explica a BigBang Carlos Quinn, médico especialista en ortopedia y traumatología de la Federación de Entidades Médicas Colegiadas (Confemeco). "La patología predominante es la artrosis de esas articulaciones, con las consecuentes limitaciones en la movilidad de las mismas y el dolor. Muchas veces, las lesiones artrósicas son precedidas por osteocondritis que, de no ser tratadas, nos llevan a la artrosis".
Paralelamente, entre las lesiones musculares más frecuentes que dejan secuelas se incluyen los desgarros y contracturas en los muslos (más precisamente en los músculos isquiotibiales, recto anterior y abductores), y en las piernas (gemelos y tendón de Aquiles). El tendón rotuliano también puede verse afectado durante la práctica del fútbol y dejar secuelas.
"Las secuelas más severas músculo-tendinosas dejan dolor importante y, en algunos casos, impotencia funcional. Los esguinces y luxaciones dejan inestabilidad de la articulación afectada", explica Quinn.
Estos efectos a largo plazo pueden agravarse en el caso de ex futbolistas que eligen seguir practicando el deporte ocasionalmente de manera recreativa. "El futbolista no se acostumbra a su nuevo rol de 'retirado' de la práctica profesional, continúa imprimiéndole a la práctica de fútbol la misma intensidad o el mismo vértigo que cuando era profesional y ello acarrea las lesiones", señala Juan Carlos Giménez, médico especialista en deportología y cardiología de la Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires (Femeba).
Pilares para la prevención
Para Quinn, muchas veces la preparación física actual de los futbolistas no está a la altura de las exigencias del juego y esta situación desemboca en daños a largo plazo. "La práctica del fútbol ha ido cambiando sumando además un ritmo más vertiginoso donde, muchas veces, lo físico prevalece sobre la habilidad", advierte.
La correcta preparación física es apenas un pilar de los múltiples apoyos que debe tener la preparación de todo futbolista para intentar reducir las consecuencias crónicas en la vida en el retiro. Así, la alimentación también juega un rol clave.
Para Giménez, si bien el deporte de alto rendimiento usualmente tiene en cuenta este factor, en el amateurismo aún falta conciencia al respecto. "Los resultados de respetar una alimentación saludable y adecuada para cada atleta se traducen en el rendimiento del deportista. Creo que vamos en camino de que también el deportista amateur tome conciencia del rol que juega la alimentación para optimizar los logros deportivos", apunta.
En este punto, el deportólogo también subraya la importancia de que todo futbolista retirado mayor de 35 años se realice un examen clínico, otro de laboratorio, electrocardiograma y ergometría para asegurarse de que "no estará en peligro la salud del deportista".