La incertidumbre sobre cuándo se jugará la vuelta de la final de la Copa Libertadores seguirá luego de que hoy se volvió a suspender el encuentro y se especula que se podría jugar el 8 de diciembre.
Marcelo Gallardo y Guillermo Barros Schelotto, los directores técnicos de la discordia.
Es obvio, desde ya, que los incidentes ocurridos fuera y dentro del estadio, que terminaron con jugadores de Boca lastimados y afectados por gases lacrimógenos, enrarecieron definitivamente el clima del partido en una sensación que sigue sobrevolando la definición de hoy. En ese marco, la previa del encuentro llega marcada por una serie de hechos que no hacen más que mantener la tensión.
Pases de factura y declaraciones calientes
Hasta ahora existen dos explicaciones -no mutuamente excluyentes- sobre los hechos de violencia que determinaron la suspensión del partido. La primera es una venganza de los barras de River luego de que un allanamiento en la casa de uno de sus jefes, Héctor "Caverna" Godoy, desembocara en el secuestro de más de 10 millones de pesos y 300 entradas apócrifas.
Pero, al mismo tiempo, tanto los funcionarios de Seguridad de la Ciudad como los de Nación coincidieron en que el operativo de seguridad durante la llegada del micro de Boca falló. En este punto, hay acusaciones cruzadas sobre la responsabilidad de ambas carteras.
En diálogo con Clarín, el oftalmólogo Alejandro Weremzuck, que atendió a los jugadores xeneizes Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo por lesiones oculares, el capitán de Boca presenta una "querotoconjuntivitis química, erosión corneal y erosión conjuntivital que son lesiones leves pero muy molestas, y requieren de un tratamiento además de tener el ojo tapado".
Ambos futbolistas -afectados por fragmentos de vidrio luego de la rotura de las ventanas del micro- deberán seguir un tratamiento de entre 24 y 48 horas y tienen previsto regresar hoy al Sanatorio Otamendi para un control de la evolución del cuadro.
A última hora del sábado, la Agencia Gubernamental de Control (AGC) decidió la clausura preventiva del estadio de River, decisión que fue desactivada en la mañana del domingo.
El organismo señaló que la medida no tuvo que ver con los incidentes en las afueras del Monumental sino por "exceso de capacidad" y presencia de público en lugares no habilitados.
"Si fuese Boca, ya estábamos afuera y la Copa era de River", señaló con dureza Carlos Tévez una vez conocida la suspensión definitiva del partido." Es una vergüenza lo que hace la Conmebol con nosotros. Teníamos jugadores en el hospital y querían que jugáramos igual".
Su compañero de equipo Darío Benedetto, mientras tanto, también se pronunció en términos similares. "Que le den la Copa a River, que tiene tanto peso en la Conmebol", lanzó sarcásticamente.
Mas moderado, Marcelo Gallardo, director técnico de River, aseguró en diálogo con Fox Sports que "ya no se podía jugar un partido en condiciones normales desde la agresión al micro".
"No podíamos jugar el partido si los jugadores de Boca habían sido dañados física o psíquicamente. Di mi parecer aunque no podía tomar una decisión. Transmití lo que sentía. Quería jugar el partido en condiciones normales y no lo iba a jugar si los jugadores de Boca no estaban en condiciones", agregó.
De acuerdo a lo detallado por La Nación, Boca tenía previsto presentar a primera hora de la mañana un escrito elaborado por sus abogados detallando la lista de irregularidades transitadas por el plantel durante su estadía ayer en el Monumental y en sus inmediaciones.
En este punto, buscan ampararse en el artículo 8 del reglamento de Conmebol, que señala que "las Asociaciones Miembro y clubes son responsables de la seguridad y del orden tanto en el interior como en las inmediaciones del estadio, antes, durante y después del partido del cual sean anfitriones u organizadores. Esta responsabilidad se extiende a todos los incidentes que de cualquier naturaleza pudieran suceder, encontrándose por ello expuestos a la imposición de las sanciones disciplinarias y cumplimiento de las órdenes e instrucciones que pudieran adoptarse por los órganos judiciales".
Sin lugar a dudas, una de las postales más nefastas que dejó la jornada del sábado fue la grabación que se viralizó durante la previa del partido en la que se podía ver cómo los hinchas de River usaron a una nenan de "mula" para ocultar debajo de su camiseta bengalas y así sortear el cacheo previo al ingreso al estadio.