08 Octubre de 2015 15:58
El caso de supuesta evasión fiscal, que pone en jaque a la familia Messi, y por el que deberá rendir cuentas en juicio oral, recuerda que Leo no está solo. Para nada solo: son muchos los casos de futbolistas argentinos con antecedentes similares. El más reciente es del compañero de la Pulga en Barcelona, Javier Mascherano.
Masche fue acusado de evadir 1,5 millones de euros al fisco español. El jugador pagó esa cantidad y los intereses (otros 200.000 euros). Según la acusación, en 2011 y 2012, el referente de la Selección no declaró al fisco los ingresos derivados de la explotación comercial de sus derechos de imagen.
Mascherano pagó todas las deudas con el fisco español.
El segundo mecanismo para el fraude se habría canalizado vía Miami. Tras abandonar Argentina, el jugador constituyó la empresa Lofer para gestionar los derechos de imagen fruto de sus contratos publicitarios con Nike. En España, debió haber tributado por renta, pero no habría declado esos ingresos.
Son casi legendario los dolores de cabeza que tuvo Diego Maradona con el fisco italiano. En 2005 fue condenado a pagar 37,5 millones de euros por los años en el que brilló en Nápoles.
Las autoridades fiscales le incautaron dos relojes Rolex y sus aros de diamantes. Diego apeló y el juicio quedó anulado. Hace pocas semanas, Angelo Pisani, abogado del 10, recordó ante la prensa que la Comisión Tributaria Central italiana confirmó la nulidad de las investigaciones fiscales realizadas a finales de los '80 sobre el Nápoles y sus jugadores extranjeros.
Diego Maradona y sus problemas con el fisco italiano, en tiempos de gloria con el Nápoli.
El fisco itlaliano investigó recientemente varios contratos de jugadores argentinos que pasaron por el Nápoli: Hugo Campagnaro, Germán Denis, Federico Fernández, Ezequiel Lavezzi, Cristian Chávez, Jesús Dátolo, Gabriel Paletta e Ignacio Fideleff. Todos con caso de supuesto uso de facturas falsas y hasta acusaciones de blanqueo de capitales.
Ricardo Etchegaray junto a Joseph Blatter y a Julio Grondona.
En la Argentina la cacería de jugadores y allegados al fútbol también tuvieron su capítulo, con figuras menos trascendentes. En agosto de 2012, Ricardo Etchegaray, titular de la AFIP, fue a la carga inhabilitando 146 representantes de jugadores y casi una docena de jugadores.
A la cabeza de los casos fueron los de Jonathan Bottinelli, por entonces transferido a River, e Ignacio Piatti, cuando estaba por ser contratado por San Lorenzo.
El ex jugador de River, Jonathan Bottinelli, en la mira por una supuesta triangulación.
El juez Javier López Bizcayart a cargo del Juzgado Nacional en lo Penal Tributario N°1 puso en la lupa a ambos jugadores por su supuesto paso por Atlética Sud América, de Uruguay. También llamó a declarar a Denis Stracqualursi, vinculado con el Club Atlético Fénix, también charrúa.
La causa por evasión fiscal y asociación ilícita habría la puerta de una “triangulación” de pases para evitar el pago de impuestos a través de “paraísos deportivos”, como distingue el AFIP.
El organismo también fue a la carga Fernando Ortiz (Racing), Oscar Ustari, Pablo Ledesma, Román Martínez, Santiago Vergini, Emmanuel Gigliotti Jonathan Santana, Víctor Zapata, Facundo Roncaglia (pasó a la Fiorentina, Italia), Fabián Vargas y Jonathan Santana (ambos cuando legaron como refuerzos para Independiente).
Pablo Lunati y sus “eternos” problemas con el AFIP.
Dentro del fútbol argentino, el caso más conocido es el del árbitro Pablo Lunati, quien sufre desde hace unos años una seria investigación por tener una sociedad no declarada en Miami con el nombre “Todo Pasa” y otros bienes no declarados. El árbitro le debería al fisco unos 1,7 millón de pesos.
“Hace 20 años que tengo un lavadero y empecé a trabajar a los 23. Pero además poseo una franquicia de alfajores Havanna. Con todo eso, que anda bien, sí puedo comprarme un auto de 60 mil dólares”, se defendió Lunati.
Además de Lunatti, el AFIP fue a la carga de otros 17 árbitros que debían poner en regla su situación con el organismo estatal.