Antes de su inminente -y resonante- viaje para sumarse al fútbol chino, Carlitos Tévez y su familia disfrutan de las playas de Cancún. Y es que en el país oriental lugares pradisíacos como el Caribe mexicano no se consiguen.
Tévez, arena, sol y descanso en medio de su luna de miel.
Claro que con el contrato más que suculento que firmó -40 millones de dólares- podría comprarse una isla y un avión para ir cuando quiera.
Admiradores se acercaron para saludarlo.
El Apache pone broche de oro a su luna de miel-vacaciones, tras el casamiento de cuatro días que se realizó en Buenos Aires y en Uruguay. Pero tuvo una amargura en medio de tanta felicidad, ya que mientras se casaba y festejaba, le robaron su casa de San Isidro.
Se lo ve tranquilo y feliz. Radiante.
En un exclusivo hotel de lujo, Carlitos y los suyos recargan energías para regresar al país por unos días -se espera que revele los motivos y entretelones que lo llevaron a irse de Boca- para luego viajar al otro lado del mundo.
Su espalda es un collage de sus pasiones.
Volará a Shanghai, donde jugará para en la Superliga china en el equipo Shanghai Shenhua.