Sabida es la buena relación que el presidente Mauricio Macri mantiene con Juan Martín Del Potro, que se potencia aún más por su fanatismo por Boca y su mismo origen, ya que ambos son de la ciudad de Tandil.
Macri comparte con Del Potro su pasión por los colores de Boca.
Por eso, no llamó la atención que, una vez consumado el triunfo argentino en Croacia, el mandatario se hiciera presente para felicitar a los flamantes campeones.
A través de Gonzalo Bonadeo y Martín Jaite, presentes en el estado, el jefe de Estado expresó que "fue una tarde de muchas emociones, lloramos con Delpo, con Federico, fue muy emotivo".
"Es tan importante creer en uno, en la capacidad de uno, y me puso muy feliz como estaban ellos, como se alentaban ellos, fue un mensaje muy lindo para todos los argentinos", agregó el presidente, quien luego puedo saludar al capitán argentino, Daniel Orsanic.
Fanático del tenis, el presidente suele asistir a las grandes citas de la Davis.
"Nos emocionaron a todos los argentinos. Un ejemplo de trabajo en equipo, la buena energía entre todos, el esfuerzo compartido, la Copa es algo inolvidable para todos los argentinos y la verdad muy agradecido", le dijo el presidente.
"El resultado es tan importante como eso que usted dice y acompañarlo con un resultado como éste es increíble. Queremos compartir esto con todo el pueblo argentino", le respondió Orsanic, quien confirmó: "Colvemos todos para Argentina, llegamos el martes a la mañana".
"Queremos compartir esto con todo el pueblo argentino", le dijo Orsanic a Macri.
"Los esperamos, que tengan un merecido festejo, acá Antonia me dice que le manda un beso a Delpo y a Federico", concluyó Macri, quien seguramente estará recibiendo a los campeones en Casa de Gobierno a su regreso de Zagreb.
El festejo en Los Abrojos
Como un hincha más, el presidente siguió la definición del partido en su quinta Los Abrojos junto a su mujer, Juliana Awada, y al secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana.
Tras la victoria de Delbonis, se puede observar cómo el mandatario celebra la hazaña revoleando una camiseta argentina al grito de "Vamos viejo, vamos" y fundiéndose en un abrazo con su mujer. En definitiva, replicando lo que se debe haber dado en el mismo instante en millones de hogares de todo el país.