22 Junio de 2016 15:49
El próximo domingo, en el MetLife Stadium, la Selección Argentina intentará cortar la sequía de 23 años sin títulos continentales en la final de esta Copa América Centenario. Pero si no lo consigue, al menos quedará el consuelo de que, con seguridad, un entrenador albiceleste volverá a dar una vuelta olímpica como sucedió el año pasado en el certamen disputado en Chile.
El trofeo que se viene escapando.
Allí, el conjunto local venció en el partido decisivo a la Argentina de Gerardo Martino y sumó el primer título de su historia en el torneo. En el banco de aquel equipo estaba Jorge Sampaoli, el argentino que ahora es flamante entrenador del Sevilla español, recordó Goal.
Martino-Messi, una sociedad que también pasó por Barcelona.
Lo cierto es que esta edición especial por el centenario de la primera Copa contó con seis selecciones con entrenadores argentinos de los 16 equipos participantes. Es decir que, a la hora de los fríos números, el 37.5% de los directores técnicos de este torneo fueron albicelestes. Un número avasallante.
La pregunta sale por decantación: ¿Por qué tanta presencia argentina entre los DT's? Si bien no existe una respuesta concreta, las diferentes experiencias de cada selección (y sus antecedentes) justifican en menor o mayor medida dicha elección. Chile, por ejemplo, viene de una larga seguidilla de entrenadores argentinos. Marcelo Bielsa, Claudio Borghi y Jorge Sampaoli fueron los antecesores del actual DT, Juan Antonio Pizzi, y sus buenas performances hicieron que la postura de las autoridades chilenas se mantenga para el lado de los técnicos del país vecino.
Pizzi quiere llevar a Chile a su segunda final consecutiva.
Los casos de Colombia, con José Pekerman, y Perú, con Ricardo Gareca, son distintos, ya que se confió en los resultados y experiencia de ambos entrenadores para liderar proyectos a largo plazo. Pekerman lleva ya cuatro años al frente de la Selección cafetera y los resultados son más que satisfactorios: los cuartos de final de Brasil 2014, donde tuvieron en jaque al local, marcaron una actuación histórica para el país, que no jugaba una Copa del Mundo desde 1998.
Pekerman prioriza el buen juego.
Gareca, en tanto, también lidera un proyecto serio y con un estilo bien definido y, pese a las críticas que suele recibir por algunas decisiones, el podio obtenido en la Copa América 2015 y los cuartos de final alcanzados en esta edición, previa eliminación a Brasil en la fase de grupos, dejan bien en claro que el camino es el correcto.
Un Tigre para Perú.
Otro entrenador albiceleste fue Gustavo Quinteros, en un Ecuador del que se esperaba mucho más y que terminó despidiéndose en cuartos de final ante el local Estados Unidos. Su llegada al banco ecuatoriano se debió en gran parte a su buena labor dirigiendo en el fútbol local, ya que fue bicampeón con Emelec en 2013 y en 2014.
Quinteros no logró cumplir las expectativas en Ecuador.
Por último, la gran decepción fue Paraguay. O mejor dicho, Ramón Díaz, quien gracias a su perfil ganador prometió mucho más de lo que cumplió. El año pasado, el riojano había sido semifinalista de la Copa América, pero cayó aplastado por Argentina por 6 a 1. Y en esta edición, tuvo una actuación olvidable al no superar la fase de grupos. Tan olvidable fue su papel que Díaz terminó alejándose de su cargo.
Díaz se fue de Paraguay.
Así las cosas, en vísperas de la esperada definición de esta Copa América Centenario, existen varias dudas respecto de las formaciones, tácticas, planteos y hasta nombres que disputarán la final. Pero la certeza es una sola: desde el banco, el trofeo quedará pintado una vez más con los colores celeste y blanco.