Javier Mascherano es otro líder que los flashes detectan poco, por la magnitud que significan Messi, Neymar, Iniesta y el resto... En Barcelona se reinventó como jugador, porque no juega de mediocampista, su puesto de toda la vida, sino que es un defensor con solvencia y calidad.
En Berlín, logró el título 18 de su carrera. Rechazado por algunos en Argentina por tantas frustraciones en la Selección, resucitado el cariño tras el Mundial 2014, Maschero se reivindica de la frustración del Mundial con una gran actuación en el mejor equipo del mundo.
El histórico robo a Robben
“Ni en el sueño más hermoso, imaginamos ganar así. Pasamos momentos difíciles, y estamos felices de hacer historia. Tenemos tres delanteros desequilibrantes y por ellos logramos ganar un partido difícil. Estamos orgullosos de lo que logramos”, destacó el jugador argentino, emocionado por el título.
Mascherano tuvo una final accidentada en el comienzo del partido, con resbalones derivados por el campo mojado, cambió los botines y reencontró la firmeza en la marca contra Morata y Tevez, que pudieron ser controlados casi a la perfección.
La final dejó en segundo plano a Roberto Pereyra (jugó solo 11 minutos y el descuento) que entró por Arturo Vidal, quien jugó nervioso y de forma violenta, y Allegri, DT de la Juve, decidió mandar al campo al ex River para colaborar en un mediocampo que le había quitado el balón al Barcelona, pero no supo liquidar la historia porque el tridente Messi, Suárez y Neymar se les adelantó.
El volante tendrá revancha junto a Tevez en la Copa América de Chile, donde se encontrarán con Messi y Mascherano para intentar ganarla tras 22 años.