Ocho y media de la noche. La Scaloneta ya se encontraba dentro del Hard Rock Stadium de Miami y se preparaba para disputar la final de la Copa América con Colombia, el conjunto que más sorprendió a lo largo del torneo y que llegó a la recta final con la misma expectativa con la que los argentinos desembarcamos en Qatar.
Fuera del estadio, la locura era total. Con la Conmebol en "modo avión" y la organización en manos de un país poco futbolero como Estados Unidos, miles de hinchas latinos sufrieron en carne propia las esquirlas de la negociación entreguista de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
"¿Qué es lo que está pasando afuera?", se preguntaron en el vestuario de la Selección argentina, ante la falta de respuesta de muchos de sus familiares. Y es que todos los invitados por los jugadores, salvo la familia Messi, debían ingresar como cualquier hincha al estadio y también sufrieron en carne propia los desmanejos y la brutal represión que la Policía de Miami desplegó sólo minutos antes de que comenzara el partido más esperado.
Uno de los más afectados fue Alexis Mac Allister, cuya familia fue una de las últimas en poder ingresar al estadio. Preocupado por la falta de respuesta, el mediocampista debió salir del vestuario y acercarse a uno de los accesos para poder negociar con la seguridad del estadio y la Policía del país del norte el ingreso seguro de sus invitados. ¡Sí, todo esto a minutos de jugar la final!
Lo cierto es que mientras todo esto sucedía dentro del estadio, las cámaras de todo el mundo transmitían en vivo las corridas, la represión y el desconsuelo de los hinchas que se quedaban fuera de la final, con su entrada en mano. Pero la primera pista de cómo se vivía el descontrol en la intimidad del vestuario de la Scaloneta llegó con una improvisada entrevista a Silvina Riela, madre de Mac Allister.
"Tuvo que salir Alexis para hacernos entrar porque estaba preocupado y así no se podía seguir. Pensé que no se iba a jugar el partido, porque si los jugadores estaban pretendiendo resolver esto es imposible que un partido se juegue", se quejó Riela, visiblemente agitada por el mal momento.
En el mano a mano con TyC, la madre de Mac Allister señaló que su hijo debió abandonar el vestuario para poder solucionar el ingreso de la familia, algo impensado a minutos de una final. "Fue inhumano. Estuvimos en comunicación, siempre Alexis nos llamó. Estuvimos en cámara (videollamada), pero él dijo que se iba a quedar en la puerta Oeste hasta que nos hicieran entrar y acá estamos".
Después de festejar el bicampeonato americano, el mediocampista dio detalles del calvario que sufrió por culpa de la organización antes de la final, en su paso por el stream AFA Estudio. "Fue una locura. Tuve que salir, porque mi familia... fue terrible. Mi familia fue una de las últimas en entrar. La mía, la de Nico (González), la de Garnacho y la de Enzo. Estaban todos transpirados. Los recibimos y estaban todos llorando. Imaginate lo que fue eso", señaló.
Pese a que Nico intentó esquivar el tema y hablar de su nuevo tatuaje, Mac Allister lo cortó en seco: "Estamos hablando de cosas serias". Con el objetivo de visibilizar lo sucedido, el mediocampista prosiguió: "La verdad es que fue bastante triste. Capaz hay muchas cosas que la gente no ve y nosotros tampoco somos de madera. Esas cosas afectan. Sentí mucho nerviosismo".
"Al principio no me atendían", recordó. "Estuve como quince minutos llamándolos y no me atendían porque no tenían señal. Hasta que me atendieron y fue un: 'Vení a la puerta esta', 'Pará que acá se están agarrando a piñas'. Así que fue complicado. Incluso cuando estábamos por hacer la entrada en calor, el cuerpo técnico me miraba y me preguntó: '¿Estás bien?'", detalló.