El fin de semana, cuando aún funcionaban, las redes sociales colapsaron debido a la vuelta del público a las canchas de la primera división y el ascenso argentino. Pero si bien todo era felicidad y celebración por el retorno de los hinchas luego de un año y medio de angustia y temor, la peor parte se la llevó el gobierno. ¿La razón? Algunos clubes se pasaron de vivos y no respetaron el 50% del aforo acordado por las autoridades sanitarias.
Los claros ejemplos y los clubes que despertaron la furia de las autoridades nacionales, incluido el enojo del presidente Alberto Fernández, fueron Belgrano de Córdoba y River Plate. El primero disputó su encuentro contra Riestra, por el campeonato Nacional B, en un "Gigante de Alberdi" casi completo en su totalidad. De hecho, a simple vista se podía ver que el estadio del gigante cordobés rondaba en un aforo superior al 85 o 90% el pasado viernes.
Mientras que el Estadio Monumental albergó el Superclásico que terminó en el triunfo del Millonario ante Boca por 2 a 1. Allí, miles de hinchas de River volvieron a la cancha después de 582 días. Sin embargo, las cámaras de televisión fueron una vez más testigos de la irresponsabilidad de los dirigentes del fútbol: desde Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires advirtieron que el club de Núñez tuvo un aforo aproximado del 80% durante el clásico, lejos del 50 permitido.
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Sin ir más lejos, Guillermo Madero (Director Ejecutivo del Comité de Seguridad del Fútbol en CABA) contó que le pidieron "un informe a River" sobre la cantidad de hinchas que estuvieron el domingo en el Monumental y dicho documento demuestra que fue superado el 50% de la capacidad de la cancha. "Igualmente desde Seguridad no creemos que se haya excedido como están diciendo del 70% u 80%", dijo.
Y agregó en diálogo con La Página Millonaria: "Hubo un exceso que seguramente tuvieron que ver con los problemas con el River ID, pero no fueron tantos". El funcionario señaló que la causa del exceso fueron los inconvenientes que se vivieron con la habilitación de los carnets, cuando muchos abonados que tenían todo habilitado salían rebotados por los molinetes. Por eso, hubo socios que ingresaron con una pulsera especial tras constatar su situación en regla.
Lo cierto es que el Ministerio Público Fiscal analiza la imputación del presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, como responsable de omisión de recaudos en la organización del partido. En este panorama, se determinó un allanamiento al estadio Monumental para verificar desde la Unidad de Control Operativa los sistemas informáticos y corroborar si los 134 molinetes de acceso al estadio funcionaron correctamente.
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Con esto, se buscará determinar si realmente hubo fallas en los lectores de molinetes en algunas puertas, tal y como denunciaron desde el club, y a aquellas personas a las que el sistema no los leía, se le ponía una pulsera para que puedan ingresar. En el informe de seguridad, se da cuenta que ingresaron 787 personas más que lo previsto, algo que a simple vista se puede comprobar que no es así, ya que el estadio estaba colmado también casi en su totalidad.
La Fiscalía Especializada en Eventos Masivos de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Celsa Ramírez, labró un acta al final del partido en la que se dejó constancia de los ingresos al estadio y a partir de la que se abrió un expediente para comprobar si se incumplió el aforo autorizado.
De acuerdo con la capacidad del Monumental, River tenía autorización para albergar hasta 36.000 espectadores, un número excedido según el registro tomado por las autoridades porteñas. El propio club, en un informe interno que lleva la firma del gerente de Infraestructura, Rodrigo Pecollo, contabilizó que las personas asistentes al Monumental fueron 36.787.
De acuerdo con lo informado por A24, se presume que se clausure preventivamente el estadio Monumental, lo que le impedirá tener público en su próximo partido como local frente a San Lorenzo. El mismo procedimiento que ocurrirá con la dirigencia de River, sucederá con el Vélez. Será imputado el presidente del club de Liniers, Sergio Rapisarda, como responsable del exceso de aforo en el estadio José Amalfitani, en la igualdad entre los de Liniers e Independiente 3 a 3.
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Lo cierto es que desde Casa Rosada están furiosos por la irresponsabilidad de los clubes y el presidente Fernández decidió amenazar con retrotraer la autorización para jugar partidos de fútbol con público si éstos no cumplen con el aforo del 50 por ciento establecido en el último decreto presidencial. "Hoy a primera hora el jefe de Gabinete Juan Manzur me pidió que hablara con cada una de las jurisdicciones", reconoció Matías Lammens.
En este incómodo contexto, los ministros de Salud, Carla Vizzotti; de Seguridad, Aníbal Fernández y de Deportes y Turismo, el propio Lammens, se reunirán hoy con autoridades del fútbol argentino, para "tomar decisiones y medidas correctivas" al ingreso de público a los estadios. Según se informó oficialmente, el encuentro se realizará de manera virtual "en horario a confirmar".
Lammens, aseguró hoy que el Gobierno nacional tomará "medidas correctivas y preventivas" para garantizar el aforo del 50 por ciento en los estadios del fútbol argentino, un cupo extralimitado en algunos casos. El funcionario admitió que el gobierno analizó "con preocupación" las escenas de algunas canchas este fin de semana, en las que la percepción visual daba cuenta de un notorio desborde en el número de asistentes.
El ex presidente de San Lorenzo contó que desde Casa Rosada le pidieron que exija "informes sobre lo sucedido para saber si se había superado la capacidad y estamos esperando los resultados". "La idea que tenemos, en principio, es tomar medidas correctivas y preventivas para que no vuelva a suceder. Después, por supuesto, que si no se cumplen con las condiciones vamos a tener que tomar otra determinación", avisó.
Consultado sobre la posibilidad de clausurar estadios, Lammens aclaró que "esta determinación las tiene que tomar las área competentes", pero sí reclamó que aquellos clubes que no puedan cumplir con la disposición de aforo "que se abstengan de organizar partidos con público". "Todos tenemos la expectativa de volver a la cancha pero lo que no se puede de ninguna manera es poner en riesgo el esfuerzo que hemos hecho hasta acá", consideró el ministro.
Del encuentro previsto para esta tarde participarán los mencionados ministros y los representantes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). La postura del Gobierno será que el control debe ser estricto: "O controlan el aforo, o jugarán sin público", señalaron fuentes en Casa Rosada.