El partido entre Argentina y Brasil, que debía jugarse a partir de las 21 en el estadio Monumental, fue suspendido producto de la intensa caída de agua que azotó a la Capital Federal. El partido se jugará mañana a la misma hora.
El estadio Monumental totalmente cubierto de agua.
La gente expectante, refugiándose de la tormenta.
Desde temprano, los hinchas comenzaron a rodear la cancha de River. Pero entrada la tarde y, frente a las intensas precipitaciones, el público optó por cubrirse de la lluvia antes de realizar la tan ansiada previa para ingresar al estadio.
Los hinchas alentando a la Selección argentina.
Todos esperando la decisión del árbitro.
A dos horas del inicio del partido, la intersección de las avenidas Libertador y Udaondo era intransitable, con el agua que llegaba a las veredas y la imposibilidad de los fanáticos de cruzar.
El anillo del Monumental reflejó la cantidad de agua que había caído. Hubo goteras y los empleados de River desesperadamente fueron en búsqueda de secadores para limpiar la zona.
La cancha de River no aguantó semejante temporal y se inundó.
La gente se presentó en número reducido al estadio debido a las fuertes lluvias.
El estadio estaba sumergido completamente bajo el agua y las fuertes ráfagas de viento provocaron un intenso oleaje en el campo de juego.
La demora de parte del árbitro y de los dirigentes por suspender el partido causó que grupos de hinchas se refugiaran en las bocas de entrada.
La terna arbitral decidiendo el futuro del encuentro.
Antonio Arias recorriendo el estadio.
Se estima que cayeron 90 milímetros de agua y tras la recorrida por el campo de juego por parte del árbitro paraguayo, Antonio Arias, la disputa por la fase de eliminatorias quedó suspendida 45 minutos antes del inicio del encuentro.