La venta de los derechos internacionales de televisación de los partidos de primera división del fútbol argentino comenzó a convertirse en un escándalo este miércoles cuando trascendió que la Superliga tiene un “tapado” para quedarse con el negocio, lo que generó el enojo y pedidos de explicaciones de los otros interesados en participar de la licitación, que se abrió el 19 de diciembre y se cierra el próximo lunes 20, cuando está prevista la apertura de los sobres en las oficinas que la entidad tiene en Puerto Madero.
Hasta ahora se sabe que siete grupos pagaron los 5 mil dólares que cuestan los pliegos de bases y condiciones: 45 páginas en las que se detallan las características del proceso y se avisa que hay una empresa a la que llama “iniciante”,que puede cobrar hasta medio millón de dólares de no resultar adjudicada. Ese medio millón lo tendría que pagar quien finalmente se quede con los derechos para televisar a todo el mundo los encuentros de la Superliga.
Los interesados en participar de la licitación le plantearon a Marcelo Elizondo, el ceo de la Superliga, la necesidad de estirar los plazos para armar las presentaciones. “No es posible armar algo serio en menos de 15 días hábiles”, dijo una fuente de una de las empresas que compró un pliego. Pero Elizondo, dice la fuente, está interesado en terminar cuanto antes con el asunto y no quiere dilaciones.
Hasta el último 31 de diciembre los derechos internacionales de televisación de los partidos de la Superliga pertenecían a TyC. La Superliga podría haber contratado directamente con el llamado “iniciante”, pero en la búsqueda de una supuesta transparencia se decidió abrir la licitación.
Pero quienes participan objetan el escaso tiempo y los beneficios que se le brindan al iniciante. En los pliegos no se brinda ningún detalle sobre la misteriosa empresa que le acercó la propuesta a Elizondo.
Pues bien, ¿quien es el famoso “Iniciante”? Fuentes que participan de la compulsa dijeron que es un emprendimiento conjunto argentino-chileno. De este lado de la cordillera, se encuentra Hernán Donnari, ex ejecutivo de Fox Sports Argentina, quien fue despedido a mediados de 2019. Del otro lado, están los empresarios dueños del sitio Fanatiz.com, una plataforma que ofrece un servicio de streaming con contenidos deportivos de diversos campeonatos de fútbol de todo el mundo.
La entrada de Donnari en esta movida se explica por las novedades que hubo el año pasado entre los gigantes de la televisión en todo el mundo y que tuvo sus derivaciones en la Argentina también, aunque aún hay varias cuestiones claves que están por resolverse. En marzo del año pasado, Disney compró por 71 mil millones de dólares la 21st. Century Fox, el gigante del magnate australiano Rupert Murdoch. De esa manera se quedó también con programas emblemáticos como Los Simpsons y con todo su segmento deportivo.
Y allí se abren las derivaciones para el negocio televisivo deportivo en los diferentes países. Sucede que Disney es también dueña de ESPN, la señal deportiva con presencia en toda América Latina. Por eso en varios naciones le ordenaron a Disney que debía desprenderse de Fox para no quedar con una posición monopólica en el mercado televisivo de los deportes. Cuestiones así se discutieron en México o Chile, por ejemplo.
En la Argentina la cuestión está por verse. El ceo de Disney Argentina, Diego Lerner, es muy amigo del ex presidente Mauricio Macri. A tal punto llega esa amistad que pocos días antes de entregarle el poder a Alberto Fernández, Macri estuvo bailando y cantando canciones de Queen en una fiesta organizada por Lerner. La decisión de obligarle a Disney de vender su parte de Fox en la Argentina la debe resolver la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo.
Escándalo en la Superliga con los derechos de televisación internacional: denuncian que hay un "tapado"
En tiempos de Cambiemos era imposible que saliera un dictamen que obligara al amigo del ex presidente a desprenderse de un negocio. En tiempos del Frente de Todos es una incógnita que puede ocurrir en ese punto, ya que de alguna manera implica afectar intereses de los Estados Unidos, con quien las relaciones diplomáticas son al menos delicadas.
Entonces con la compra de Disney, ESPN pasó a controlar en la Argentina los destinos de Fox. Ahí se produce la desvinculación de Hernán Donnari, un histórico de la compañía. Dedicado desde hace años al negocio del entretenimiento y el deporte, es quien se vincula ahora con los chilenos de Fanatiz para ofrecerle a la Superliga las comercialización de los partidos de primera del fútbol argentino en todo el mundo.
La venta de los derechos internacionales de los partidos argentinos le podrían dejar a la Superliga, unos nueve millones de dólares según cálculos de algunos de los interesados. No se trata de una cifra tan grande, lo que alimenta la suspicacia sobre el medio millón que debe llevarse el llamado “iniciante” (supuestamente Fanatiz y Donnari), de acuerdo con el pliego de bases y condiciones.
Se juega: por apenas un voto, los clubes votaron reanudar el torneo en la fecha prevista
El ruido que está generando la licitación llega en momentos en que las relaciones entre la Superliga y la AFA no pasan por su mejor momento. Hoy mismo se decidió por apenas un voto reanudar el torneo viernes 24, pese a que varios clubes habían pedido una postergación por el torneo preolímpico que disputa la selección sub 23.
Quienes conocen la trama recuerdan que la AFA se vio obligada durante el gobierno de Macri a firmar el contrato, bajo el mismo modelo del fútbol español, cuando se decidió terminar con el recordado Fútbol para Todos, el programa que se puso en marcha durante el gobierno de CFK.
Y hoy no son pocos los dirigentes de la AFA que estarían dispuestos a terminar con la vinculación con la Superliga. Los derechos de los partidos de primera división fueron otorgados en 2017 a una alianza entre Fox y Turner por cinco años, prorrogables a otros cinco, con lo que en la práctica finaliza en 2017.