A tan solo tres meses de haber culminado con el derecho de admisión que tenía para ingresar tanto al estadio de Boca como al de todos los equipos del fútbol argentino, Rafael Di Zeo tomó la decisión de lanzarse como precandidato a presidente a las próximas elecciones que harán en el club a fines de este año. Si bien todavía no lo confirmó de manera oficial, si planteó en ciertas entrevistas sus intenciones y como si fuera poco, el barrio que rodea la Bombonera amaneció con varios pasacalles que dicen “Rafa 2023”.
El 1° de abril de 2017 fue la última vez que Di Zeo se plantó en la tribuna de la 12, en medio de las banderas, los tirantes, los bombos y los paravalanchas. El domingo 9 del mismo mes pero del 2023, le puso final a ese derecho de admisión que tanto le costó superar y el cual lo tuvo alejado de todo lo que pasaba dentro del estadio durante seis años.
En su momento, la Dirección Nacional de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos (DNSEF) le había otorgado la sanción tanto a él como a otros 126 barrabravas y mediante el Boletín Oficial dieron las causas de por qué tomaron la decisión de no dejar ingresar a ninguno de ellos a ningún estadio. En la explicación, aseguraban que todos se encontraban “procesados” y con diferentes causas judiciales, por lo cual lo mejor era que estén alejados del ámbito deportivo.
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La razón exacta que comunicaron, a través de esos motivos, fue: "Lo que representa una real y concreta imputación de un hecho delictivo que conlleva la valoración de temerosa y atentatoria contra la tranquilidad que debe primar en un espectáculo público de asistencia masiva".
Lo cierto es que de presentarse como candidato a presidente, deberá competir contra Juan Román Riquelme, el máximo ídolo de los Xeneizes, quien ahora se encuentra siendo Vicepresidente del mismo. En ese caso, estarán casi que mano a mano por tomar las riendas del club entre un ex jugador o un ex barrabrava. Y lo peor, quizás, es que lo que más complica a Di Zeo en esta lucha por sustituir a Jorge Ameal es justamente su pasado.
Para comenzar, en el año 2005 estuvo preso por un episodio que sucedió en una de las tribunas de La Bombonera, en un partido amistoso que se disputó en marzo de 1999 contra Chacarita. Aquel día, Di Zeo quedó detenido y luego fue condenado a cuatro años y tres meses de prisión por coacción agravada por uso de armas contra los hinchas visitantes. Y a pesar de tener la condena firme, fue menos el tiempo que pasó tras las rejas: sólo estuvo tres años y dos meses en el penal. ¿Por qué lo dejaron salir? Porque en cuanto a su desempeño allí, el juez otorgó que realizó una “conducta y concepto ejemplar”.
Una vez que salió de la cárcel, retomó su vida cotidiana: Boca, tribuna, barrabrava y mafia, sobre todo. Y cuando creía que todo podía andar bien, volvió a ser foco de feroces internas y cruces entre distintas barras. Aún así, a pesar de tener reiteradas causas judiciales y de encontrarse procesado en la mayoría de ellas, con el tiempo logró salir de todas. Una tras otra.
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A principio de este año, Di Zeo recibió la absolución por los dos crímenes en la interna de la barrabrava que sucedió en el año 2013 ante un cruce con la hinchada de San Lorenzo, en lo que fue un partido de “prueba” para ver si finalmente podían regresar o no los visitantes a los estadios. Sin embargo, poco le importó a los dueños de las tribunas, que una vez más dieron el ejemplo de lo que no hay que hacer.No obstante, a pesar de buscar en cámaras y testimonios la presencia del precandidato, los fiscales llegaron a la conclusión de que no podían condenarlo por un hecho en el cual no se confirmaba su presencia, por más de que todo parecía indicar que podría estar envuelto en el escándalo. Pero además de aquella causa, fueron muchas otras en donde también se sentó en Tribunales, se defendió y al tiempo recibió la absolución.
Otras de las causas que tuvo, de manera escalonada, fue cuando tuvo un enfrentamiento con el cargo de jefe de asociación ilícita en 2011, o en el año 2014 cuando debió responder como presunto instigador del ataque a balazos por la espalda a otro barrabrava de Uruguay, William Richard Laluz Fernández o como cuando lo acusaron de encubrir un secuestro extorsivo. Fueron varias las situaciones que debió a travesar con una mirada latente sobre él, pero en todas aquellas, salió ileso.
Hay una realidad y es que por el momento, quien supo ser el jefe de la barra de La 12 durante más de 30 años y todavía lo sigue siendo, no tiene ninguna causa en su contra, ni se encuentra siendo sospechoso por algún que otro motivo. De hecho, ni siquiera tiene colocado el derecho de admisión y ya puede salir tranquilo y en paz por la vía pública. Sin ir más lejos, según pudo demostrar esta mañana en el barrio de la Boca con sus pasacalles, irá por todo para poder ser el próximo presidente del club. Ahora, la pregunta es: ¿Los socios lo elegirán a pesar de su duro pasado?