El pasado 7 de abril, Juan Román Riquelme, actual vicepresidente de Boca, había sido citado a una indagatoria en la que debió declarar ante la Justicia por la presencia de su hijo Agustín en el palco de La Bombonera durante el superclásico ante River del pasado 14 de marzo. Hoy, a poco más de dos meses de aquel encuentro, el ídolo "Xeneize" y su heredero irán a juicio, acusados de haber violado las medidas sanitarias dispuestas para evitar la propagación del coronavirus.
Tanto Riquelme, como su hijo, están imputados por violar los artículos 202, que castiga a aquel que propagase una enfermedad peligrosa y contagiosa, y 205 del Código Penal, que establece penas de entre seis meses y dos años de cárcel para quien incumple las medidas adoptadas por las autoridades “para impedir la introducción o propagación de una epidemia".
El pedido lo realizó Celsa Ramírez, fiscal en lo penal, contravencional y de faltas porteña, al acusar al dirigente de concurrir al partido de Boca ante el "Millonario" junto con su hijo Agustín, quien había llegado del exterior 24 horas antes y no cumplió con los más de siete días de aislamiento obligatorio estipulados por el Ministerio de Salud de la Nación para prevenir un eventual contagio masivo de coronavirus.
Los investigadores judiciales determinaron que el hijo de Riquelme había llegado a la Argentina el día anterior al partido, luego de realizar un viaje de egresados a Cancún, México, en un vuelo que arrojó un total de 44 estudiantes contagiados de COVID-19. En el mismo viaje estuvieron, entre otros, Nicanor Santilli, hijo del vicejefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de la periodista Nancy Pazos.
Según fuentes judiciales, podría ser penado con una multa de hasta 100 mil pesos o un arresto de hasta 60 días, según indica la ley. También podría ser sancionado con prohibición de concurrir a estadios de fútbol por un lapso de entre dos a seis meses. En la indagatoria ante el fiscal, los imputados presentaron escritos donde explicaron porque, según su visión, no había cometido delito alguno.
De hecho, Agustín Riquelme ya había tenido COVID-19 durante el año pasado y la justicia federal decidió iniciarle una causa por incumplir dichos artículos. Al no contar con antecedentes, la defensa de los acusados podría pedir una probation para que ambos hagan tareas comunitarias u algún otra medida que disponga la Justicia y evitar así enfrentar el juicio ante el juez penal, contravencional y de faltas porteño Gonzalo Viña.
En aquel palco que compartió Riquelme con su hijo, también estaban otros ex jugadores de Boca como Antonio Barijho y Jorge Bermúdez. Ninguno de ellos respetaba, tal y como se pueden ver en las imágenes que se difundieron por la transmisión oficial de aquel partido, respetaron las normas sanitarias, como el uso de barbijo y el distanciamiento social. Aquel superclásico fue presenciado por más 120 personas de parte del local y 75 del visitante.