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San Lorenzo ganó en La Paternal y es puntero con la ley del ex

El equipo de Bauza consiguió un 3-2 agónico y se sube a la cima del torneo gracias a los tantos de dos hombres que jugaron en Argentinos Juniors: Matías Caruzzo y Néstor Ortigoza. Con 46 puntos, le sacó tres a Boca, que juega el domingo.

22 Agosto de 2015 19:41
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San Lorenzo mostró dos caras y un final emotivo. Una solvencia y otra de distracción.

Le ganaba 2 a 0 a Argentinos en La Paternal con goles de Matías Caruzzo y Héctor Villalba. El Bicho se lo empató con goles de Ham y Garré en los últimos 15 minutos.

A falta de un minuto para el final, le dieron un penal por falta a Barrientos. Néstor Ortigoza lo transformó en gol. 

El Ciclón suma 46 puntos en el torneo y queda tres por encima de Boca, que juega el domingo. 

El primer gol llegó a los 10 minutos, de la mano de un ex jugador del Bicho, Matías Caruzzo, que no lo gritó. Fue su segundo tanto de forma consecutiva. 

El gol de Caruzzo

Los de Bauza se hicieron dueños del juego, aprovechando los errores del local. Con un planteo atento e inteligente, San Lorenzo logró el segundo gol con otra distracción defensiva que aprovechó muy bien Héctor Villalba. 

El gol de Villalba

Por el nacimiento prematuro de su hijo, no ataja Sebastián Torrico. Su lugar lo ocupa el juvenil José Devecchi. El estado del bebé es delicado. 

El complemento fue un trámite, mal jugado, lejos de los arcos, hasta los 32 minutos. Ezequiel Ham descontó. aprovechando una siesta defensiva del Ciclón, que puso en juego al equipo local. 

Sobre los 40 minutos, Ezequiel Garré logró el milagro de igualar el partido frente a un Ciclón que parecía tener controlado el resultado. 

El gol agónico de San Lorenzo

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Sobre el final, Barrientos fue derribado por Laso en el área. Penal y Ortigoza -otro ex Argentinos- no perdonó.

El Ciclón ganó un partido decisivo, que sufrió como hace siete días ante Crucero.

Los de Boedo mantienen la punta, ahora en soledad con 46 puntos. Los hinchas de Argentinos que estaban molestos con la actuación del equipo, cambiaron de parecer en ocho minutos pero volvieron a terminar amargados.