23 Mayo de 2016 18:59
Hasta hoy, su nombre era desconocido para el mundo del tenis. Sin embargo, bastó que Marco Trungelliti diera el “batacazo” en Roland Garros al eliminar en primera ronda al croata Marin Cilic -10° en el ranking mundial- para que todo cambiara súbitamente.
Gran festejo para el tenista de Santiago del Estero.
El 7-6 (7-4), 3-6, 6-4 y 6-2 con el que el tenista santiagueño -166° en el mundo- despachó a un ex campeón del US Open, quien venía de jugar la final de Ginebra el sábado pasado, lo posicionó en las tapas de todos los diarios deportivos del mundo, pero sobre todo de su provincia.
Sin embargo, nada ha sido fácil para este joven de 26 años, quien a lo largo de su carrera no sólo tuvo que luchar contra sus adversarios y todas las dificultades que conlleva el deporte al más alto nivel, sino también contra sus propios “fantasmas”.
Así lo reconoció el propio Trungelliti en la conferencia de prensa posterior al partido, en la que admitió que hace dos años había “tocado fondo” y que debió recurrir a la ayuda de un psicólogo para encarrilar su carrera.
“Acudí a él cuando toqué fondo en 2013, no me sentía bien conmigo mismo en la pista y los resultados no llegaban”, confesó, al tiempo que admitió que “no creía en los psicólogos, pero ahora están llegando los frutos”.
Feliz por este presente, el jugador, que en la segunda ronda se medirá con el español Albert Ramos Viñolas, sostuvo que este trabajo en lo mental le sirvió para para “recuperar el tenis que aprendí de chiquito: un juego de muchas variantes, ofensivo”.
#VIDEO Marco Trungelliti, el hombre de la jornada, mano a mano con @SC_ESPN. "Es una sensación bien bonita", destacó https://t.co/q7ThIfO22R
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Con la confianza recuperada, el tenista argentino decidió cambiar los objetivos al comienzo de la temporada. Así, tras analizarlo con Gabriel Markus y Francisco “Paco” Cabello, sus preparadores, optó por “no jugar por jugar tantos challengers y poner el foco en los torneos grandes, si bien los resultados al principio no llegaban”.
Asimismo, expresó que dejó de pensar tanto en el dinero, “que es una necesidad nuestra como país, pero al final te aleja de lo que es el deporte y no es positivo”.
Claro que, más allá de tener este pensamiento más relajado con respecto a lo económico, seguramente le vendrán muy bien los 60 mil euros que ya se aseguró por superar la primera ronda para pagarse próximas giras y costearse el viaje de sus entrenadores.
Esos que le dieron las armas que hoy desplegó en el Bois de Boulogne para derrotar a un “top ten” del circuito, pero que acaso sin la terapia no habrían surtido el mismo efecto en el polvo de ladrillo parisino.
