13 Octubre de 2015 17:06
Llegó la hora para el futuro de Gerardo Martino al frente de la Selección pero su gestión “no enamora”. Esta noche enfrentará a Paraguay desde las 21, en Asunción, en el estadio Defensores del Chaco.
¿Por qué Martino no logra ser querido? El Tata, que pregona el fútbol bien jugador, el que en los pepeles “compra adeptos”, quedó contra las cuerdas en su relación con la opinión pública. Salvo, el triunfo sobre Alemania, actual campeón del Mundo, en su debut, perdió ante Brasil y Portugal, y cayó por penales ante Chile en la final de la Copa América, dentro de un torneo con planteles de nivel inferior, salvo Colombia y la selección trasandina que complicaron y mucho al seleccionado albiceleste.
Su corto ciclo empezó a cuestionarse, más aún con el mal arranque de Eliminatorias ante Ecuador.
La baja de Lionel Messi, que se recupera de la rotura del ligamento colateral de la rodilla izquierda, y el reciente desgarro de Sergio Agüero, condicionan el juego ideal que pretende Martino.
Agúero sufrió un desgarro y tendrá un mes afuera de las canchas.
Para colmo, también fue descartado Lucas Biglia con un problema muscular. Más allá de estas bajas, Carlos Tevez tendrá la responsabilidad de ser la bandera de un equipo que está en deuda
Carlos Tevez se mostró crítico a su función de centrodelantero.
Martino llegó con un gran consenso luego del buen Mundial de los jugadores, bajo la dirección técnica de Alejandro Sabella, pero por estas horas su capacidad se puso en duda.
Martino junto a Tevez, el ídolo que no encuentra su lugar.
En su paso por el Barcelona, en 2013, con el mejor plantel del mundo, no pudo ganar ninguno de los grandes títulos en juego. Razones físicas de los referentes, además de las futbolísticas, dejaron con la manos vacías al entrenador rosarino que quiso imponer su forma de juego a un club que ya tenía una identidad propia.
El seleccionado muestra desorden y una anarquía futbolística que se notó en los últimos partidos, ante México y Ecuador, de forma oficial.
La derrota ante Ecuador puso en duda la capacidad de Martino.
El mayor cambio que introdujo el Tata fue el regreso de Carlos Tevez tras tres años y medio fuera de un grupo, que “no bancaba” a Carlitos y que ahora “cedió” ante el nuevo llamado. El ahora jugador de Boca “se bancó su regreso soñado” siendo suplente y entrando algunos minutos en amistosos y en la reciente Copa América, sin jugar en la final ante Chile.
Carlitos no se siente cómodo en el puesto de centrodelantero en el que Martino lo usa. “Me siento más cómodo como segunda punta”, reconoció el jugador en el la última conferencia de prensa.
La ausencia de Messi y Agüero logra que Carlitos tenga encima suyo la presión de ganar.
El mayor elogio que recibió el ciclo de Sabella fue la “solidez defensiva” que encontró el equipo en el Mundial. Martino cambió las piezas y el modo de juego, de una manera abrupta, profundizando falencias.
En el mediocampo, el gran cambio es el ingreso de Javier Pastore para la creación de fútbol y tenencia de pelota. El jugador del PSG es la gran apuesta del Tata pero hasta ahora, una incógnita sin respuestas efectivas. Salvo algunos partidos de la Copa América, su buen rendimiento no explotó.
Pastore no termina de explotar al mismo nivel que en el PSG francés.
“Lo más coherente sería no cambiar la idea de juego”, destacó Martino en la previa al juego de Paraguay. Está claro que lo más positivo del entrenador es que sostiene una idea de juego colectivo que intenta llevar a la práctica, pero que no ha podido profundizar.
Martino no resigna la idea de jugar pese a los malos resultados.
Todavía “su mano” no se ve en el juego y en los resultados. Sí se advierte que “sus cambios de juego” hicieron retroceder la efectividad defensiva y goleadora que tuvo el ciclo de Sabella. 76 goles a favor, y 33 en contra. 26 triunfos y solo 5 derrotas.
Ante Paraguay deberá sacar chapa y lograr un triunfo para acomodar el “cómo” que por ahora es flojo. Ante Ecuador no jugó bien, y encima perdió. El resultado avala el camino, que por ahora transita sobre un terreno de espinas. Martino está a tiempo, pero crédito “no sobra”.