Con la caída de Jérôme Valcke, su secretario general, la FIFA le soltó la mano a uno de los soldados más fieles de Joseph Blatter. El francés fue suspendido horas después de que lo denunciaran por un acuerdo para vender entradas del Mundial, en una maniobra similar a la que hicieron dirigentes de la AFA.
En un breve comunicado, la organización que decide los destinos del fútbol reveló que Valcke "fue puesto de licencia y liberado de sus tareas con efecto inmediato hasta nuevo aviso" y que pidió "una investigación formal” de su Comité de Ética.
Valcke, cuestionado por su participación en el Mundial de Brasil.
Valcke se quedaba con la mitad de las ganancias de las ventas de entradas, sobrevaluadas en más de 200 por ciento. Por ejemplo, los tickets para los tres primeros partidos de Alemania se vendían a 190 dólares, pero él los comercializó a 570.
La FIFA no habría estado ajena a la maniobra, con la que su número dos ganó más de dos millones de euros. Todo se hizo público con la denuncia del empresario Benny Alon, dueño de la empresa JB Marketing y compañero de golf de Michel Platini. El ex futbolista preside la UEFA y aspira a la presidencia de la FIFA.
Platini, atento al escándalo de la FIFA.
”brillante” y multifacético
La propia página de la FIFA explica que “Valcke ha desempeñado una brillante carrera”, como periodista en Canal + y Sportfive, donde llegó a cargos gerenciales. Sus aficiones son la lectura, la música, el cine y la naturaleza, “ya sea a través del deporte o de su contemplación”.
Sincero, Valcke aclara que “el fútbol hoy en día es más que un juego”; “es una plataforma formidable y única para llegar al mayor número de gente”.
Nacido el 6 de octubre de 1960, habla inglés, alemán y español. Es hincha del París Saint-Germain y admirador de Messi y Neymar. La web de FIFA también incluye un error insólito: dice que su mejor recuerdo es “la Copa Mundial de Sudáfrica 2012” (el torneo se jugó en 2010).
Valcke y el “Mundial 2012”.
acorralado
Valcke llegó a la FIFA en 2003, como director de marketing. Muy rápido estuvo involucrado en una disputa entre dos patrocinadores (Mastercard y Visa), que le costó a la entidad de Zúrich 90 millones de dólares.
La FIFA, cuestionada por la justicia estadounidense.
Lo despidieron en 2006, pero en junio de 2007 Blatter decidió designarlo secretario general. Una relación de confianza tan estrecha como la que mantenía con Julio Grondona.
Echado, reincorporado y suspendido.
Aunque es un experto en relaciones públicas, tuvo algunos deslices memorables. Sobre la polémica elección de Rusia 2018, llegó a opinar que "un menor nivel de democracia es a veces preferible para organizar un Mundial”. Una referencia a las facilidades que daba Vladimir Putin, en contraste con “un país como Alemania, donde hay que negociar a varios niveles".
La FIFA prefiere a Putin.
En 2011 Valcke escribió un mail del que debe seguir arrepitiéndose. En relación a Mohamed Bin Hammam, ex aspirante a la sucesión de Blatter, planteó que "puede que pensara que podía comprar la FIFA como los qataríes hicieron con el Mundial de 2022".
El FIFAgate terminó de sellar su destino. Una investigación de The New York Times reveló que había transferido 10 millones de dólares a cuentas administradas por el ex vicepresidente de la institución, Jack Warner, imputado por la justicia estadounidense en un caso de corrupción.
Así empezaba a gestarse una licencia de la que probablemente Valcke ya no regrese.