Se puso contento con el autógrafo del entrenador Luis Enrique, comenzó a saltar cuando lo vio al brasileño Neymar, pero su reacción al sacarse una selfie con el argentino Lionel Messi fue la que finalmente dio la vuelta al mundo.
Acompañado por su madre y su hermano menor, un niño de no más de diez años se agarró la cabeza ni bien el capitán del Barcelona le firmó su camiseta a la altura de la espalda y, luego de unos segundos donde el asombro lo dominó por completo, le pidió sacarse una foto para guardar para siempre ese momento irrepetible.
La oportunidad de estar cara a cara con Messi genera reacciones de todo tipo. Algunas para el olvido. De hecho, una fanática mexicana lo rasguñó en marzo en los Estados Unidos: "Sólo quería un autógrafo para mi hijo". Peor fue lo de una mujer venezolana que en el 2009 no dudó en tirarse de un estadio para abrazar a su ídolo.