El handball es un deporte especial, pero no por eso carece de pasión y emoción. La cancha es un rectángulo de 40 de largo por 20 de ancho y el arco es, tal vez para los más jóvenes que ven diariamente solo partidos de fútbol, la parte más curiosa. Los arcos miden 2 metros de largo por 3 de ancho y los palos -pintados de dos colores con franjas- son rectangulares.
Esta última característica fue la razón por la que se hizo viral una insólita y, nunca antes vista, jugada en este deporte que se juega con las manos. Todo ocurrió en la segunda división de Alemania, al partido solo le quedaban unos segundos y había una diferencia de un gol entre los equipos. Para colmo, el último tiro libre podía determinar el empate.
El ejecutor, ante la barrera de cuatro personas, remató de pique al piso, dejando estéril la reacción del arquero que jamás intentó contener el disparo. La pelota tenía destino de gol, pero no entró. No hay manera de entender lo que pasó, o sí. Los lados de los palos que forman el ángulo detuvieron el disparo: en simples palabras, la pelota quedó trabada en el ángulo y no ingresó.
La pelota no ingresó en el arco.
El partido finalizó y despertó toda clase de reacciones en el equipo ganador. Entre gritos y festejos, todos coincidieron en que la gran estrella había sido el arco. Razón por la cual, uno por o no o todos juntos decidieron ir a besarlo, abrazarlo y mimarlo como corresponde.