La oportunidad: “¿Querés ser millonario? Ayudá a un millón de personas”, frase adaptada de Peter Diamandis. En una crisis el mundo sigue funcionando. Las vidas continuan, actividades y necesidades cambian pero no desaparecen. Encontrar el “negocio de la crisis” puede ser una oportunidad genial y muy bueno para la sociedad.
Gastos: mi consejo es que un emprendimiento debería sentirse en crisis permanente. Evitar todos los gastos posibles e invertir para el largo plazo. Si se sigue esta regla, una crisis no debería afectar mucho. Si no se siguió, recomiendo sobrerreaccionar, cortar gastos de más y cuidar el largo plazo siempre.
Inversión: una crisis es un buen momento para invertir aún cuando no tengas dinero. Podés estudiar -nunca dejes de aprender- o construir relaciones. Buscá a amigos que hace años no hayas visto y conversá con ellos, sin pedirles nada, simplemente reconstruyendo esa confianza que tuvieron. Andá a eventos, conocé gente, aprendé todo lo que hay gratis en internet. Invertí en tu futuro.
Lo que controlamos: hay muchas cosas en nuestra área de control, pero la mayoría está fuera. Tenemos que aceptar lo que no podemos controlar, pero saber que sí controlamos nuestra reacción a ello. En palabras de Viktor Frankl, “entre estímulo y respuesta, hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra libertad."
Lo contrario a éxito: siempre tenemos que considerar el aprendizaje como uno de los objetivos de emprender. Eso garantiza que tengamos éxito, aún fracasando.
El 20%: Argentina periódicamente entra en crisis. Una crisis previsible no es una sorpresa. Debemos ahorrar para el futuro, y, nuevamente, no estoy hablando solo de dinero. Sugiero dedicar un 20% del tiempo a pensar escenarios posibles y como tu emprendimiento puede reaccionar. El solo hecho de conversar estos temas hace las reacciones mucho más rápidas.
Los 120 años: ¿Qué conductas cambiarías si la esperanza de vida fuese 120 años en lugar de 76,3? Hay mucha gente que cree que, gracias a “Big Data” aplicado a la medicina y genética no falta mucho para que nuestra vida siga extendiéndose. Esto presenta tres consecuencias para emprendedores: 1) Vamos a pasar varias crisis, más vale que aprendamos, 2) Podemos equivocarnos porque habrá tiempo de rehacernos y 3) Hay muchas oportunidades nuevas de negocios!
El 1%: tuve un jefe que no se cansaba de repetir “Esto es una maratón, no 100 metros llanos”. Cuando entendí el poder del 1%, terminé de aceptar esa frase. Gracias al interés compuesto, un 1% de mejora diaria durante un año acumula una mejora de 1200%. Imaginate que todo tu equipo tiene esa actitud, dar un 1% más. No busques un 30% en un día ni una solución mágica, es una pequeña mejora constante lo que hace falta para cambiar el mundo. O salir exitoso de una crisis.
Acción: Por último, los argentinos tenemos una tendencia a quejarnos más que otros países. No esperes que otro te resuelva tu problema. No va a pasar. Podés pensar eso como una injusticia, o una oportunidad para hacer las cosas mejor. Convertí la queja en acción.
* Especialista en Management Disruptivo, fue CEO de Staples en Latinoamérica y acaba de lanza “Soy Solo. Historias honestas de liderazgo para ser feliz en el siglo XXI y más allá”.