Los precios de los alimentos treparon entre un 8 y un 15 por ciento, que se suman a los fuertes aumentos registrados tras la devaluación posterior a las elecciones primarias de agosto, con precios de lista que aumentaron entre un 20 y un 25 por ciento, y las subas de septiembre, que rondaron el 10 por ciento. En el interior, los aumentos superan el 20 %.
Los nuevos aumentos se vieron reflejados en las nuevas listas de precios que recibieron los supermercados en las últimas dos semanas previas a las elecciones de este domingo, y ante un panorama incierto en materia económica. El vicepresidente de la Confederación de Comercio y Servicios de Argentina y del Instituto de Estudio de Consumo Masivo (Indecom), Miguel Ángel Calvete, aseguró que es “especulación” ante el pacto de precios y salarios anunciado por Alberto Fernández en caso de ser electo presidente.
“Olfatean un congelamiento y reajustan precios para hacer colchón y atenuar las medidas que intuyen que van a ocurrir”, agregó Calvete en diálogo con BigBang. El nuevo incremento no sólo golpea en alimentos (hay una fuerte suba de aceites y harinas), sino que también se suman productos de limpieza. En los supermercados del interior del país las subas en las listas de precios superan el 20 por ciento.
La suba de precios ocurre por dos razones concretas: desde la eventual suba del dólar que se especula que podría ocurrir el lunes posterior a las elecciones si se confirma el resultado de las PASO y la victoria de Fernández, que podría derivar en una nueva devaluación que se trasladaría a precios; hasta las definiciones sobre el programa económico del Frente de Todos a partir de su asunción el 10 de diciembre.
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Hasta ahora, las subas en las harinas fueron del orden del 9 por ciento, mientras que en el caso de los aceites trepan al 12 %. Calvete sostuvo que el impacto es mayor en los productos que requieren insumos plásticos e importados.
No es menor el impacto que podría tener la suba de precios en los próximos meses, sobre todo si se concreta el tan mencionado “pacto social” al que hizo alusión Fernández durante la campaña, que implica un aumento de salarios y un congelamiento de precios por seis meses para bajar la inflación. Previendo esa situación, las empresas alimenticias buscan hacer un “colchón”.
Además, se le suma otro factor: en septiembre las subas de precios mayoristas fueron del 11 por ciento promedio, aunque no todo se trasladó al mercado minorista, debido al plan de eliminación del IVA anunciado por el presidente Mauricio Macri. Parte de esa suba fue “absorbida”, aunque no todo, para productos que integran la canasta básica.
“Los que no aumentan hacen una quita de descuentos, que es un aumento encubierto”, señaló Calvete, que además sostuvo que en los hipermercados “hay retracción de entrega”. Aunque aclaró que no hay desabastecimiento, señaló que los proveedores postergaron para la semana posterior a las elecciones la entrega de stock.