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Así se prepara la polémica fusión entre dos gigantes: Clarín y Telecom

A mediados de 2017 ambas empresas formarían una sola: un negocio de $ 80.000 y más de 25 millones de clientes. Qué piensa el Gobierno de la nueva súper compañía de telecomunicaciones que viene.

por Sebastián Catalano

07 Octubre de 2016 15:54
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El gigante podría hacer temblar a muchos. Un negocio de $ 80.000 millones anuales y más de 25 millones de clientes en un mercado muy caliente, quizás el más caliente del momento. Dos marcas muy conocidas, dos corporaciones argentinas fusionadas en una mega empresa de telefonía, fija y móvil, Internet y televisión por cable.

El rumor crece con los días y ya tiene una fecha estimada: mediados de 2017. Ese sería el momento en el que Clarín (Cablevisión más Nextel, en realidad, el nuevo holding escindido del Grupo) y Telecom Argentina se fusionarían.

En Cablevisión, Clarín tiene un socio, Fintech, el fondo de inversión del millonario mexicano David Martínez. Fintech es el flamante accionista mayoritario de Telecom. Parece una ecuación sencilla y fusionarse es la intención de las partes, aunque hoy lo desmienten formalmente. Pero no es tan simple. En el medio hay voluntades políticas, intereses cruzados y normativas poco claras que hay que resolver en el Enacom, el ente que regula las comunicaciones, y la secretaría de Defensa de la competencia, que tiene que cuidar que no existan posiciones dominantes. ¿Podrán unirse, finalmente? ¿Los dejará Mauricio Macri?

El Grupo se acaba de dividir en dos: medios e infraestructura.

“Evidentemente, hay una intención de hacerlo. Cristina Kirchner nunca le aprobó a David Martínez la entrada a Telecom porque creía que era el 'caballo de Troya' para que Clarín desembarcara en la telco, por más que Martínez apareciera como el amigo de los K que les daba una mano comprando bonos de la deuda”, asegura un ejecutivo del sector móvil que pide anonimato.

A pocos días de terminar su mandato, Néstor Kirchner le puso el sello a otra fusión polémica: la compra de Cablevisión por parte de Multicanal, hasta entonces la empresa de Internet y cable de Clarín. ¿Se repetirá la historia, esta vez en la primera mitad del mandato de Macri

“¿La nueva empresa qué sería, una telco, un cable, ambas? ¿Qué criterio se la aplicaría para regularla? ¿Quién compra a quién? Además, hay temas importantes de competencia que hay que resolver”, agrega Enrique Carrier, analista de Carrier y Asoc.

"Quién compra a quién? Además, hay temas importantes de competencia que hay que resolver

“No hay nada. Lo oficial es que no hay movimientos”, asegura la gente de Fintech. “No sabemos nada, ni tenemos nada que decir al respecto”, juran en Telecom. En Clarín, igual.

Martínez, nuevo controlante de Telecom.

Mercado en ebullición

Desde el punto de vista del negocio, es lógico que Clarín ponga la mira en Telecom, siempre le interesó la empresa y mucho más desde que, estratégicamente, decidió poner una pata en el mercado móvil. Por eso, más que Telecom, a Clarín le brillan los ojos por Personal, el negocio móvil de la telco, una empresa con unos 20 millones de clientes, un tercio del mercado y un negocio en marcha. Un panorama bastante diferente al de Nextel, la móvil que el Grupo compró el año pasado -2 millones de clientes, acotada en cobertura y con problemas financieros- y a cuya operación Macri le dio el visto bueno pocos días después de asumir.

La clave del nuevo mercado es la convergencia de redes con alto tráfico de información entre infraestructuras fijas y móviles. Tan es así que otro rumor de la industria es que Claro, de otro mexicano, Carlos Slim, está detrás de Telecentro, el operador de cable e Internet de Alberto Pierri.

En una eventual fusión, la nueva “Claríncom” tendría entre el 55 y el 60 por ciento del mercado de banda ancha. No sólo eso: como parte de las redes de Internet de Cablevisión y Telecom se superponen, sólo habría un competidor en muchas las zonas.

“Ese es el tema más complicado desde lo regulatorio”, afirma otro jugador del mercado. “Va a ser muy difícil de sostener ante la opinión pública y la oposición política la aprobación de un negocio de esa envergadura. Salvo que los obliguen a un escenario de desinversión y les digan muy claro que no se pueden quedar con todo”.

Dos Clarines

La semana pasada, la asamblea de accionistas del Grupo Clarín aprobó la división de la compañía en dos. Una parte se queda con los medios: AGEA (Clarín, Olé, La Voz, Los Andes, La Razón), Artear (Canal 13 y TN), Radio Mitre, IESA (TyC Sports) y CMD (brazo digital del grupo); y la nueva Cablevisión Holdings, en tanto, concentrará los negocios de infraestructura: Cablevisión (TV paga), Fibertel (acceso a Internet) y Nextel (móviles). 

“El negocio de las telecomunicaciones es capital intensivo, lo que implica importantes demandas de financiación. La combinación del negocio de telecomunicaciones y de contenidos puede traer problemas a futuro, especialmente cuando este último está en pleno proceso de transformación no exento de turbulencias”, escribió Carrier en su blog.

Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín.

Cablevisión pertenece en un 60% a Clarín y en un 40% a David Martínez. El mexicano, a su vez, es el accionista mayoritario de Telecom desde fines del año pasado, cuando el Gobierno le dio el OK para que se quede con las acciones que eran de Telecom Italia. Hoy, Telecom Argentina tiene dos accionistas: Fintech, con el 68% de las acciones; y el Grupo W (de la familia Werthein), con el 32%.

En Clarín juran que Cablevisión es el “chiche” de Héctor Magnetto, el CEO del Grupo, y que este split tiene como primer objetivo hacerla crecer. Para eso Telecom, es ideal. Y ahí entra la puja de poder con Martínez, quién ya le habría dicho a su socio: “Poné la plata y te vendo todo”. “¿Puede Cablevisión comprar Telecom? Hoy, no, tendría que conseguir financiamiento. Pero la ingeniería financiera hace milagros”, aseguran  en el mercado bursátil local.

¿Si Clarín quiere comprar Telecom, para qué adquirió Nextel el año pasado? Carrier supone que podría ser un “plan B”, por si la fusión se cae. Es posible, sobre todo porque no pagó “mucho”: poco más de US$ 150 millones.

Mientras tanto, Clarín puso a trabajar su nuevo negocio móvil. Insiste ante el Enacom para que 5 proveedores de Internet que compró en el paquete de Nextel se “conviertan” en móviles; o sea, usar sus licencias en el mundo móvil. “Es como querer hacer un shopping en un terreno residencial”, dice un competidor que no quiere saber nada con ese pasaje de espectro. “Además, si se aprueba, no tendrían obligación de garantizar cobertura, porque no son licencias nacionales: podrían dar 4G en las zonas más rentables. No es justo”, protesta.

¡Quiero dar tele!

La otra gran discusión que se reactiva tiene que ver con qué servicios están autorizados a dar las empresas. Las telcos, por ejemplo, están furiosas porque el Gobierno no las dejan dar broadcasting de televisión. Un poco de historia en este punto. El proyecto original de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual del kirchnerismo permitía que las telcos pudieran dar televisión. Pero hubo presión en el Congreso, sobre todo de los partidos de izquierda, y como los K necesitaban esos votos para aprobarla, sacaron esa cláusula.

La aprobación volvió en 2014, con la Ley Argentina Digital, que estuvo vigente por poco más de un año, tiempo en el que ninguna comenzó a dar servicio, pese a que era la bandera de sus reclamos (en las telcos dicen que esto se hizo porque sabían que un nuevo gobierno iba a sacarles ese poder, otros jugadores del mercado aseguran que no se hizo porque las redes de estas empresas no están en condiciones y no quisieron invertir).

La ley de Medios K fue reemplazada por la reglamentación del ENACOM.

Con un decreto del año pasado, Macri volvió a inhibirlas “por un período de dos o tres años”. Pero la nueva normativa no habla de las condiciones para esos lapsos de tiempo, ni pone metas. O sea, nadie sabe cuándo las telcos podrán dar televisión.

“Queda librado al criterio del regulador. Se habla de un escenario de convergencia, pero los jugadores no tienen las mismas posibilidades. Y eso es algo que repele las inversiones”, dicen en una empresa del sector. “¿Una solución? Convergencia para todos desde 2018: todos pueden dar todos los servicios con todas las tecnologías. DirecTV pude dar telecomunicaciones, por fibra o satélite; Telecom y Telefónica, cable, y así”.

Desembarco y política

Mientras tanto, en el sector detallan movimientos dentro de Telecom que identifican como el “lento desembarco de Clarín”. Y es que, con la llegada de Martínez, comenzaron a ser nombrados ex Clarín en los altos mandos. “David se rodea de la gente que conoce, muchos de ellos trabajaron en el Grupo. Es sólo eso”, intentan explicar cerca de Clarín.

La cúpula de Telecom está publada por ex Clarín.

Lo cierto es que el nuevo presidente de la telco es Mariano Ibáñez, que fue CEO de Cablevisión entre 2001 y 2006 (Clarín aún no había ingresado como socio a la empresa y mucho menos Fintech), y es hombre de máxima confianza de Martínez y de Sebastián Sánchez Sarmiento, el encargado del día a día de los negocios del mexicano en la Argentina. El gerente operativo (COO) es Roberto Nóvile, otro ex Cablevisión. Dos más: Alejandro Miralles, que fue director financiero (CFO) de Cablevisión, está a cargo de RR.HH. en el operador; y Pedro López Matheu, que fue gerente de Asuntos Institucionales de Clarín, ahora maneja los asuntos públicos de la telco.

No es todo. Los competidores de Telecom especulan con que el nombramiento como director financiero (CFO) de Ignacio Morán -ex CFO y CCO de YPF, ex director del Grupo Banco San Juan y hombre del grupo Eskenazi, ex accionista mayoritario de la petrolera estatal- puede haber sido una señal de que Martínez negocia Telecom con otros empresarios. El banquero Jorge Brito también fue mencionado. “Es un equilibrio de fuerzas. David muestra que podría venderle a otros, y sigue la pulseada con Magnetto. Pero su socio es Clarín”, dice alguien que se reune con el mexicano cuando viaja a la Argentina.

Lo que se dice en Casa Rosada

En Casa Rosada también se habla del tema, y mucho. A Macri no le habría caído muy bien las consecuencias del decreto 267 que él mismo firmó. Ahí, de un mismo plumazo, se creó el Enacom, se “borró” la Ley de Medios K, se aprobaron la entrada de Martínez a Telecom y la venta de Nextel a Clarín y se generó incertidumbre sobre cuándo las telco podrán dar servicios de televisión. Todo en uno. Luego, a Macri le llovieron las protestas de Telefónica y de DirecTV, Turner comenzó a dar vueltas para comprar Telefé, y vio que las inversiones del sector no eran las que él esperaba. “Arreglen este lío”, le dijo a su mesa chica, sobre todo a la Jefatura de Gabinete.

Si bien faltan ajustar detalles importantes, en las empresas nadie duda que se viene “Clarincom”. Hay que ver qué decide el Gobierno. ¿Cuán contento estará Macri con un Clarín mega recargado enfrente?

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