Uno de cada tres argentinos es pobre. Lo reconoció Mauricio Macri después de que el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica publicara un nuevo informe en el que se advirtió un crecimiento del 0.3 del índice de la pobreza. La gravedad de la cifra se refleja en los rostros humanos detrás del decimal: desde fines de 2015 se "crearon" 1.5 millones de nuevos pobres.
Desde diciembre de 2015, mes en el que asumió Macri, se "crearon" 1.5 millones de nuevos pobres.
"Cuando dijimos pobreza cero quisimos expresar un rumbo, una prioridad absoluta por la cual espero sea evaluado y calificado mi Gobierno, que es la capacidad que tengamos para reducir la pobreza", prometió el presidente.
"Reducir la pobreza es una prioridad absoluta de mi Gobierno", sostuvo Macri.
Y es que, en la actualidad, el 32.9 por ciento del país se agrupa en el estrato socioeconómico más bajo. En total, 13 millones de personas.
La franja etaria más afectada es la de los más chicos. Los infantes de cero a catorce años representan desde 2016 el 48.8 por ciento de los 13 millones de pobres que tiene el país. Los jóvenes (15 a 29 años) le siguen con el 37.9 por ciento, dejando a los adultos (30 a 59) y a los ancianos (mayores de 60), dentro de los grupos menos afectados, con 37.9 y 28.3 respectivos.
La evolución de la pobreza y de la indigencia en los últimos seis años
CFK dijo que dejó el poder con el cinco por ciento de pobreza en el país.
La falta de publicación de cifras oficiales permitió al gobierno de Cristina Kirchner jactarse sólo seis meses antes de entregar el poder de una cifra irrisoria: admitían que la pobreza era del cinco por ciento.
“Hoy tenemos un índice de pobreza por debajo del 5% y de indigencia del 1,27%, si mal no recuerdo”, precisó la ex presidenta en junio de 2015 durante el discurso que dio ante la oficina de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), en Roma.
Por ese entonces, el informe publicado por la UCA ya hablaba de un índice del 26 por ciento.
La última publicación del índice sí fue aceptada por los kirchneristas, quienes ahora ofician de oposición. “Tenemos un gobierno que ni siquiera puede llevar adelante las políticas en las que cree. La pobreza y el desempleo que van aumentando no se combaten con políticas sociales”, justificó Máximo Kirchner, cuando anticipó el apoyo del bloque al tratamiento de la Ley de Emergencia Social en el Congreso.
El ingreso per cápita familiar
El índice para cuantificar la pobreza surge de una ecuación básica: cuál es el ingreso de los argentinos y cuánto cuesta acceder a la canasta básica. La evolución del poder adquisitivo familiar de la última década demuestra que los sueldos de la clase media profesional, por ejemplo, se incrementaron muy por debajo de la inflación.
Además del incremento del costo de vida, el informe señala la desigualdad de los ingresos en términos geográficos. Un sueldo promedio en Capital es casi el doble del que se percibe en el interior del país.
La brecha más dura: los pobres son ahora más pobres
Estar por debajo de la línea de la pobreza o de la indigencia es lo que define a los más perjudicados. Pero, ¿los pobres de hoy son igual de pobres que en 2010? La respuesta es categórica: no.
La llamada "brecha" se define a partir de la diferencia entre el sueldo y lo que cuesta acceder a la canasta básica, diferenciada por "pobre" o "indigente". En 2010, a un indigente le faltaban 306 pesos para poder comer, mientras que el año pasado esa cifra escaló a 2288. La brecha pasó del 22.5 por ciento al 34.7.
La denominada brecha de la pobreza fue igual de fuerte. En 2010, la diferencia entre el salario y el costo de la canasta básica era de 850 pesos, mientras que en 2016 subió a 4139 pesos. Fue el registro mayor de los últimos seis años, teniendo en cuenta que en 2015 la diferencia era de 2954 pesos.