Margarita Stolbizer le pidió hoy a Sebastián Casanello que permita que uno de los vehículos secuestrados a Lázaro Báez pueda ser utilizado como ambulancia en la localidad santacruceña de Los Antiguos. Autos no le faltan: el empresario kirchnerista tiene más de 900 unidades entre todas sus empresas.
Lázaro Báez tiene entre todas sus empresas 900 vehículos ahora inventariados en la Justicia.
La abogada que patrocina las denuncias de la diputada nacional del GEN, Silvina Martínez, solicitó al juez federal poder "reparar el daño causado" por Báez a la pequeña comunidad del norte santacruceño a la cual le sacó la única ambulancia para usarla en dos obras aún inconclusas.
Stolbizer pidió a Casanello que le preste un vehículo como ambulancia a Los Antiguos.
Para eso, la ex directora del Registro Nacional de Sociedades recordó en su última presentación judicial: "Austral Construcciones no tuvo mejor idea que llevarse por nueve meses la ambulancia de Los Antiguos al obrador para poder recibir la adjudicación de dos obras viales".
Lázaro Báez: las obras de la polémica
Así, según denunció el domingo La Cornisa, el empresario kirchnerista dejó a los 4.000 habitantes sin la única ambulancia del pueblo, que en casos de emergencia trasladaba a los enfermos hasta incluso 260 kilómetros de distancia al Hospital Zonal de Las Heras.
Durante el kirchnerismo, el Grupo Austral obtuvo licitaciones por más de $ 16.000 millones.
Báez tenía que construir la "Ruta Provincial n°39 Tramo Ruta Provincial n°43 Bajo Caracoles". La obra, que comenzó el 13 de abril de 2007, debió haber finalizado el 13 de diciembre de 2015, pero aún resta terminar el 30%, aunque, de todas maneras, fue inaugurada. Pese a que la obra fue licitada por $ 223 millones, la empresa de Lázaro recibió $ 392 millones y ahora cuesta $ 510 millones.
En tanto, la "Ruta Provincial n°41 Tramo Los Antiguos Empalme Ruta Provincial", que comenzó en 2010 por $ 148 millones, ahora cuesta $ 300 millones. Para ambas obras, Austral Construcciones debía contar con una ambulancia. Recursos para comprarla no le faltaron, pero por doce años pareció que toda Santa Cruz le pertenecía. Hasta ahora.