16 Octubre de 2016 22:28
Unos 15 lápices descansan sobre un vaso gigante en el centro de la mesa de uno de los cerebros del gabinete económico de Mauricio Macri. Los usa a diario: cuando los funcionarios concurren a su despacho en el primer piso de la Casa Rosada ensayan, con él, números. Prefiere los lápices. Una costumbre de sus años como CEO.
La posibilidad de borrar y reescribir que otorgan los lápices del funcionario funcionan como una metáfora de las idas y vueltas que tuvo que dar el Gobierno en materia económica, en especial con las tarifas. Pero también, acaso, con un giro heterodoxo: colocar a la obra pública como elemento central para reactivar la economía.
Peña y Frigerio, y la búsqueda de la reactivación económica como primera meta.
Los números que manejan en la Casa Rosada presagian un buen 2017. El optimismo, a veces voluntarioso, tiene un correlato. En el Gobierno afirman que la inflación del último trimestre, en promedio, alcanza el 1,5% pero aportan un dato más: en las encuestas que manejan, siete de diez argentinos notan que la inflación se frenó y tienen buenas expectativas en que el oficialismo logrará domesticarla.
Otro dato los alienta: afirman que en este tercer trimestre la economía dejó de caer, aunque no de forma generalizada. Por caso, el sector agropecuario es uno de los grandes motores. En ese marco apuntan a la obra pública: en el Presupuesto 2017 Vialidad Nacional (rutas y autopistas), ferrocarriles, vivienda y energía conformarán un combo millonario que inyectará dinamismo a la economía.
Claro que, la contracara, se dio en el primer semestre: la bajísima ejecución de las áreas con obra pública. La herencia recibida, argumentan.
Macri presenta un plan de viviendas sociales. La obra pública como eje para el 2017.
Gabinete para la economía
Los desayunos, cada 15 días, del gabinete económico en Casa Rosada marcan también los tiempos: allí se siguen discutiendo, durante un encuentro que se extiende más de una hora y media, las próximas medidas económicas.
En esa mesa se sientan, no sólo los ministros sino los dos coordinadores del área económica y virtuales vicejefes de Gabinete: Gustavo Lopetegui y Mario Quintana. Cada uno de ellos tiene a su cargo un grupo de ministerios. Quintana, el gabinete social; Lopetegui, las áreas de obra pública y la política fiscal.
Los encuentros fueron mutando: antes eran largos almuerzos. Hoy comparten el café, el té y el jugo de naranja. Los desacuerdos en el board económico, por caso entre Alfonso Prat Gay (Hacienda) y Federico Sturzenegger (Banco Central) son motivo de una defensa cerrada del Gobierno: “A diferencia del pasado, acá no hay un superministro como eran Martínez de Hoz, Cavallo o Kicillof”, se justifican en la Casa Rosada. Aunque, aceptan, quien toma la última decisión es el propio Macri.
Las tres infecciones
En este contexto, en el Gobierno ya se habla de tres “infecciones” que acecharon los últimos 25 años la economía argentina y que Macri se propone intentar combatir.
1. La primera es la inflación. Una obviedad pero no por ello menos importante: bajarla es una obsesión del gabinete económico.
2. La segunda es la evasión impositiva. Muchos de los funcionarios creen que es la más grave de las infecciones y aseguran que, a través del blanqueo, y el trabajo de la AFIP comenzará a mejorar la situación.
La evasión impositiva, una de las tres infecciones de la economía según el Gobierno.
3. En tercer lugar aparece la falta de competitividad del mercado. Es decir, sectores donde la cartelización (un grupo de empresas que digitan los precios y concentran el mercado) es el denominador común.
Defensa de la Competencia
En este punto, el Gobierno trabaja en una nueva Ley de Defensa de la Competencia. La iniciativa, que aún se cocina en la Secretaria de Comercio Interior, contempla tres puntos centrales.
- Un severo esquema de multas, tomado de Estados Unidos. “Todos los días en The Economista podés leer multas millonarias a las grandes empresas cuando se cartelizan y acá nadie paga nada”, confían en el Ejecutivo.
- Por otro lado, más herramientas judiciales para aplicar sanciones y llevar a Tribunales a empresarios.
- Mayores funciones para ministros y secretarios para investigar competencia desleal o mercados cartelizados que intentan imponer precios. “Aumentar la competitividad es un tema central para Macri, es la única forma de volver a la Argentina un país más sano”, explica una fuente del gabinete económico.