Con un promedio de 57,1 kilos per cápita, el consumo de carne cayó en 2016 a su nivel más bajo desde 2011. Con un 3,2 % menos que en 2015, la baja de la demanda se explicó por el alza de precios y el remplazo de este alimento.
Las cifras fueron arrojadas por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), que indican que en 2011 el consumo había tocado un piso de 55,1 kilos.
Hoy se consumen 57,1 kilos de carne por persona.
La diferencia entre la situación de hace cinco años y la actual es abismal, aunque en los dos casos la caída está relacionada directamente con los precios.
Mientras en 2011 la estampida de los precios respondía a la baja rentabilidad del sector que se veía acorralado por las políticas kichneristas, durante el gobierno de Mauricio Macri la carne vacuna incrementó su valor acorde crecía la inflación, pese al incentivo al sector. Así llegó a tocar un 40,8 %, lo que se vio reflejado en la caída del consumo.
Durante los últimos meses del año los cambios de hábito ya era notables. Según Kantar Wordpanel en su encuesta Relámpago LinkQ el 31% de los argentinos compró menos carne y se inclinó por otras variantes.
Cambio de hábitos. Fuente: Kantar Worlpanel
Con respecto al resto de las carnes, en 2016 el pollo subió 44,5% y la carne de cerdo, 25,5 %, esta última mostró gran aceptación de los consumidores debido a su valor.