El dinero no es todo pero ayuda, parece, a alcanzar la felicidad. Así lo confirmó un estudio de la Universidad Purdue, publicado en la revista Nature Human Behavior, que establece la escala de dinero que se necesita para estar contentos y satisfechos.
En el informe se analizaron los datos obtenidos en consultas a más de 1,7 millones de personas de 164 países y en la Argentina los indicadores están muy lejos de la realidad.
Si se toman en cuenta las conclusiones, en América Latina se necesita en promedio u$s 35 mil al año, lo que traducido a ganancia mensual es u$s 2900 o en pesos $ 59.400 de ingreso por persona, un número muy por encima del sueldo promedio del argentino que ronda entre los $ 20.000 y $ 25.000. En ese caso, se sumaría 300 mil pesos, es decir, apenas u$s 15 mil. Pero es no es todo. El panorama empeora si se compara con el ingreso mínimo vital y móvil que hoy se sitúa en $ 9.500.
Como consuelo de tontos, el estudio advierte que ganar gran cantidad de dinero tampoco es garantía de felicidad. Si se gana más de esos valores por año, podría convertirse en un dolor de cabeza.
"Puede aparecer la insatisfacción material o tender a comparaciones con estratos superiores en los que se sale perdiendo. (...) Cuanto más se tiene, más se aumenta el nivel de vida, acostumbrándose uno a un nivel de vida que obliga a mantener el nivel de ingresos", agrega el estudio. Además existe la preocupación constante de cómo generar siempre esos volúmenes de dinero.
Los que más ganan, tampoco se garantizan estar contentos.
El monto necesario para ser feliz en países como Australia o Nueva Zelanda es cuatro veces más que lo que ni se logra en Argentina. En ambas naciones se necesitan u$s 125 mil anuales, lo que para un argentino se traduce en 2 millones y medio de pesos anuales.
A su vez, el informe establece que según el género y el nivel educativo el costo de la felicidad varía. Las mujeres son más consumistas y lo mismo sucede con las personas que tienen más estudios. Al mantener mayores aspiraciones se invierte más dinero.