La noticia le pegó a muchos por el lado de la nostalgia: el Luna Park, escenario de eventos deportivos y artísticos memorables, estaría muy cerca de ser vendido a un grupo inversor que planea usar el espacio para construir un edificio de oficinas.
El Luna Park estaría muy cerca de ser vendido.
El dato, revelado por el periodista Claudio Corsalini en Perfil, plantea que el estadio -actualmente propiedad de la Curia metropolitana- tendría un valor de alrededor de 45 millones de dólares. En su lugar, se erigiría un complejo similar a los edificios situados en la zona de Catalinas, de 30 mil metros cuadrados y entre 15 y 20 pisos.
Sin embargo, y considerando que el Luna Park es monumento histórico nacional, su venta tiene que ser antes autorizada por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación.
No sólo eso: el Vaticano también tiene que dar su "ok" porque al pertenecer a la Curia, el lugar forma parte del patrimonio edilicio del Arzobispado de Buenos Aires.
En ese sentido, el grupo inversor inmobiliario comenzó a diseñar alternativas para facilitar el trámite. Una de ellas es la de mantener la fachada en pie y construir el edificio adentro. La otra apunta a levantar el inmueble directamente sobre el estadio.
Una idea de larga data
La Curia recibió el Luna Park de manos de su dueña, Ernestina Devecchi, quien se lo legó a la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco y a Cáritas (representada legalmente por el Arzobispado de Buenos Aires) al fallecer en el 2000.
El estadio fue legado a la Curia luego de la muerte de su dueña, Ernestina Devecchi.
Y una de las principales razones que tendría la entidad religiosa para desprenderse del Luna Park tiene que ver con la baja rentabilidad que le devuelve.
"Vender el Luna siempre fue una tentación, incluso para los dueños originales", le señala a Big Bang Guido Carelli Lynch, autor del libro Luna Park: El estadio del pueblo, el ring del poder. "Ernestina Devecchi decía que era 'un amante caro'. Fue un termómetro de la economía del país. Tuvo balances negativos durante años. De todos modos, no pierde plata, sucede que sería mucho más redituable como desarrollo inmobiliario".
Además, Carelli Lynch, señala que las personas que participaron del traspaso del estadio a la Curia ya estaban interesadas en venderlo "en los primeros años de la década del 2000, por entre 15 y 23 millones de dólares antes de cederlo".
Sin embargo, ya en aquel entonces la operación se complicaba por la declaración del Luna Park como patrimonio histórico. Algo que, como explica el autor no sucedió "porque lo hayamos valorado como sociedad o lo hayan hecho nuestros legisladores sino como parte de una zancadilla para dificultar su venta".
Y ahora, para Carelli Lynch, el principal escollo a tantear es "el costo político de hacer esa operación" teniendo en cuenta el peso histórico del estadio. "Sería una pena perder el Luna Park, acá no cuidamos nunca la memoria colectiva", reflexiona.