Pese a querer instrumentar reglas del juego claras, el programa de Precios Transparentes impulsado por el Gobierno trajo más confusión a consumidores y comerciantes. Tal es así que casi el 30% de los negocios minoristas no se acogieron a esta normativa por no saber como instrumentarla, según indican desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)
Los consumidores y comerciantes están confundidos con el nuevo programa de precios.
Desde el 1° de febrero los comerciantes están obligados a dejar en evidencia el costo "oculto" de la financiación otorgada a quienes elegían las tradicionales cuotas sin interés, pero que era pagado por quienes elegían abonar al contado. Pero esto que parece simple se convirtió en todo un trastorno a la hora de llevarlo a la práctica.
Por diferentes razones el 80% no aplica Precios Transparentes.
La cifra asciende al 80 % de los comercios si se tiene en cuenta que a quienes no saben como aplicar la norma se suman: quienes "no la aplica porque ya cobraba precios diferentes por los diferentes tipos de pago" y "quienes no aceptan tarjeta o porque sólo acepta tarjetas en un pago y los precios entre esas dos modalidades siempre fueron iguales".
Desde la CAME indican que el Gobierno creó la expectativa de que los precios caerían un 20% algo que no ocurrió a la vista del consumidor. "Frente a la confusión y malos entendidos de esta medida, los consumidores acuden a esos negocios y perciben que el empresario le modificó las condiciones de venta ya sea subiendo el precio, agregando el interés, o eliminando el financiamiento, cuando en realidad mantuvo las mismas condiciones que antes", indican desde la entidad.
Los comercios que aplican la diferenciación generalmente lo informan en sus cajas.
Antes de la aplicación de Precios Transparentes los comerciantes enfrentaban escenarios diversos. Por un lado muchos ya venían bajando los precios de contado o promoviendo grandes descuentos y liquidaciones por falta de ventas. Debido a ello, hoy no tienen margen para seguir bajándolos.
Por otro lado la mayoría de los comercios pequeños y medianos que daban la posibilidad de financiamiento, ya cobraban un interés por el precio financiado porque las tarjetas no les daban las mismas condiciones que a las grandes cadenas; y también estaban quienes aceptaban tarjetas en un pago, o no aceptaban.
En este contexto y según el relevamiento realizado por CAME, el 4,8% de los comercios que antes cobraban cuotas sin interés disminuyó entre 5% y 10% el precio de venta en efectivo o un pago, pero aumentó entre 10% y 20% el precio con financiamiento en seis cuotas.
A su vez, sólo el 15,1% de los negocios relevados mantuvo el precio en un pago o efectivo, pero aumentó el precio con financiamiento, cuando antes cobraban cuotas sin interés absorbiendo ellos los costos.