24 Agosto de 2018 18:35
En la Argentina una familia tipo conformada por dos adultos y dos menores necesitó $20.134,07 durante julio para no caer debajo de la línea de la pobreza.
De esta manera, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dio a conocer que la Canasta Básica Total (CBT) -aquella conformada tanto por bienes como servicios- aumentó un 2,7% con respecto a junio y 34% con respecto al mismo periodo de 2017.
Asimismo, para no caer en la indigencia, la misma familia necesitó $ 8.118,57, y de esta manera cubrir sus necesidades alimentarias elementales. Es así que, la canasta básica alimentaria (CBA) tuvo un aumento de 3,5% en junio, con respecto al mes anterior y 32,4% con respecto al año pasado.
Variaciones de la CBA y CBT.
Si se evalúa el incremento de ambas canastas de manera interanual, se observa una suba por encima de la inflación acumulada en los últimos 12 meses, la cual fue de 31,2 por ciento.
La suba en los gastos diarios durante el séptimo mes del año se explican, según el Indec, por el aumento de los bienes que tuvieron una variación de 3,7%, y de los servicios que tuvieron un alza de 2,1% con respecto al mes anterior.
Para no caer en la indigencia una familia necesitó $ 8.118,57.
Es así que los mayores aumentos se dieron en Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles con un incremento del 47 %; el transporte con 40,9% y Alimentos y bebidas no alcohólicas con 31 por ciento.
El consumo en un contexto recesivo
Al cierre del primer semestre del año, el nivel de consumo era igual al peor momento de 2017 según indicó el estudio de Consumer Insight que realiza la consultora Kantar Worldpanel. Allí destaca que la canasta de consumo masivo cayó un 2% en volumen en junio -con respecto a igual mes del año anterior-, mientras que el segundo trimestre del año cerró estable.
Según la proyección de la consultora y Ecolatina el consumo masivo proyecta una caída de 1,2% para fin de año.
La capacidad de gasto de los argentinos en picada.
“La proyección del año se ve afectada principalmente por la caída del salario en términos reales -crecen debajo de la inflación-, y su fuerte impacto en la base de la pirámide. En los últimos cinco años en Argentina, siempre que el salario perdió poder de compra, el consumo masivo se vio inmediatamente afectado”, indicó Federico Filipponi, director de Kantar WorldPanel teniendo en cuenta los cambios en las expectativas macroeconómicas recientes.
Por caso, un hogar de nivel bajo inferior -el nivel más bajo, 17% de los hogares argentinos- destina el 57% de su ingreso a consumo masivo. Es así que sí sus ingresos crecen debajo de la inflación, su único camino es consumir menos productos básicos.
Proyección de la evolución del consumo masivo.
Las proyecciones en la caída de la capacidad del gasto empeoraron por el significativo deterioro del contexto macroeconómico. Lorenzo Sigaut Gravina de Ecolatina explicó que al salto cambiario y de las tasas de interés, le siguió la aceleración de la inflación y el ingreso a una recesión que va a durar por lo menos hasta comienzos de 2019.
Este último dato se sustenta con la caída de la actividad económica que continuó su decrecimiento en junio donde cayó 6,7% respecto al mismo mes de 2017, según el INDEC. Este es el tercer mes de descenso consecutivo y el más pronunciado, con respecto a los periodos anteriores.
Según los analistas, recién en el segundo trimestre de 2019 podrían verse indicadores positivos para el consumo masivo, pero esto dependerá esencialmente de dos factores: que la economía vuelva a crecer, impulsada en un principio por el campo, y que la inflación se desacelere y permita algo de recuperación en el salario real.