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Los subsidios a la electricidad en la era K superaron la fortuna de Bill Gates

Durante la "década ganada", los subsidios del Estado a las empresa eléctricas acumularon US$ 85.000 millones. Esto redundó en tarifas congeladas, empresas sin inversión y mala calidad del servicio.

11 Mayo de 2016 13:09
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El ajuste de las tarifas eléctricas y la deficiencia del servicio no se generaron de la mañana a la noche. Parte del germen de la situación, que hoy desvela a los usuarios, se gestó entre 2005 y 2015 donde los subsidios a ese sector ascendieron a la exhorbitante cifra de US$ 85.000 millones, según revela la consultora KPMG.

El número supera la fortuna del Bill Gates, quien según la revista Forbes es la persona con mayor patrimonio personal del del mundo con un capital que asciende a los US$ 76.200 millones.

Los subsidios a la electricidad complicaron los planes de crecimiento de las compañías eléctricas.

A medida que avanzó la era K, las subvenciones que recibió el sector, lejos de detenerse se incrementaron aún más. Tan es así que, sólo en el último año representaron el 61% del total de subvenciones del Estado, algo que "sumado a las tarifas congeladas, determinaron el deterioro de las empresas eléctricas y fueron uno de los principales factores del déficit público", según el estudio.

Durante la "década ganada", los fondos asignados a subsidiar el consumo de energía eléctrica crecieron 118 veces, pasando de los $ 1.185 millones asignados en 2005 a $ 140.000 millones en 2015.

En referencia a este comportamiento desde KPMG indicaron que "no tiene precedente histórico y ha sido un instrumento esencial de la política económica del último gobierno”.

La falta de suministro eléctrico y mala calidad representan el 93% de los reclamos.

Esos subsidios lejos de acompañar a los usuarios los terminaron perjudicando. En la última década los reclamos por falta de suministro eléctrico o deterioro en la calidad del mismo se multiplicó 18 veces y hoy representa el 93% del total de los reclamos.

Tarifas

El los últimos diez años las tarifas fueron "anacrónicas", ya que estuvieron pesificadas y congeladas desde 2002.

Además de ello, no tenían correlato alguno con los costos de generación, el impacto del precio internacional del gas y la inflación.

El congelamiento del precio de la electricidad y los subsidios a su consumo fueron parte de una clara estrategia política de corte social y populista. Sin embargo, esto impactó de forma negativa en el desarrollo de las empresas del sector quienes vieron anuladas sus posibilidades de invertir en infraestructura para alimentar una demanda que crecía año a año.

La creciente demanda no pudo ser atendida, dando como consecuencia la interrupción del servicio eléctrico.

“La tarifa promedio que abonaba un usuario representativo en nuestro país hasta diciembre de 2015 se encuentra en las antípodas de lo que abonan los usuarios en otros países de la región, exceptuando únicamente a Venezuela”, señaló KPMG.

Desde la consultora internacional consignan que esta política de subsidios repercutió en las cuentas fiscales, siendo además uno de los "factores más importantes en la determinación del déficit público comprobado”.

Juan José Aranguren asumió desde el Ministerio de Energía, la tarea de "sincerar tarifas".

El nuevo esquema tarifario aplicado por el Gobierno de Cambiemos también es producto de la devastación de la que fue presa el sector energético en la última década.

El sinceramiento de tarifas alcanzó entre un 560% y 700% de ajuste con respecto a los últimos valores de 2015. A futuro "la tarifa nacional podría reacomodarse y alcanzar una media que se ubicaría entre los 6 y los 7 centavos de dólar por KW/h, lo que la acercaría a los parámetros regionales”, concluye el análisis.