03 Agosto de 2015 16:00
El escenario que plantea la economía hasta que los candidatos empiecen a dar certezas respecto de qué harán con -por ejemplo- el rumbo del dólar, que medidas tomarán para contener la inflación y cómo harán para ir saliendo de la incertidumbre en que parecen haberse convertido los meses que pasarán hasta noviembre, son la clave después de las elecciones del domingo.
A eso se le suma que promediando el tercer trimestre, lo que se iba a comerciar en cuanto a exportaciones ya se hizo, y los que no lo hacen esperan alguna señal para vender su cosecha e insertar así más dólares a una economía sedienta de la divisa norteamericana. Es determinante en este escenario la inyección de pesos que el Gobierno pone en los bolsillos de la gente que, aunque parte va al consumo de bienes duraderos, la otra parte se convierte rápido en dólares, para proteger así los ahorros. Al mismo tiempo caen las exportaciones.
Macri tiene a Frigerio (n) como presidente del banco de la Ciudad, hasta sonó como vicepresidente.
Esta situación de inestabilidad, provocada por la incertidumbre y la falta de certezas respecto del futuro, harán que la situación fluctúe el rumbo que mantiene hasta ahora: se alternarán días en que la cotización de la divisa aumenta en el mercado paralelo y días de estabilidad, coinciden los analistas.
Un dólar que no se puede comerciar en libertad debido al cepo, y que mantiene entre el oficial y lo que se comercia ilegalmente más de un 60% de diferencia, necesita precisiones para aquietarse.
Melconián, es otro de los economistas del macrismo que hasta llegó a ser candidato en legislativas.
El candidato de Pro, que deberá competir en las PASO dentro del frente Cambiemos con Elisa Carrió y el radical Ernesto Sanz, Mauricio Macri ha dicho, en recorridas de campaña, que “terminaré con el cepo al dólar desde el día uno de mi gestión”. Lo que Macri no explica, porque no quiere o no sabe cómo hará, son los detalles sobre su plan para salir del cepo sin cimbronazos.
Sturzenegger causó revuelo por las recomendaciones que dió Jaime Durán Barba.
No parece ser una solución a todos los problemas, sino el comienzo de otro problema, en el actual contexto. Debe explicar cómo lo hará y que batería de medidas tomará para acompañar esa medida. Las frases sueltas en campaña, así como así, pueden convertirse en un boomerang, más temprano que tarde. Igual que sostener, como lo hace Macri que “volverá al régimen anterior respecto del pago del impuesto a las ganancias”.
Miguel Bein es el principal asesor económico de Scioli.
¿A qué se refiere con anterior? ¿A la tablita que impuso Machinea, cuando era ministro de Alianza o bien, al no pago de ningún tipo de tributo sobre los salarios? No queda claro y genera más confusión en un clima aún demasiado confuso.
Daniel Scioli, a quien le toca bailar -en este sentido- con “la más fea”, tampoco es claro respecto de cómo será la economía en un hipotético gobierno suyo. Continuará con la política cambiaria, tan cuestionada por muchos sectores, de Axel Kicillof, o tratará de alejarse paulatinamente para acoplarse a los requerimientos muchos empresarios.
Blejer, que también integra el equipo de Scioli, estuvo en el Central durante el gobierno de Duhalde.
Scioli tiene un problema: primero, no puede criticar a la gestión anterior, ya que él fue parte de ella durante los 12 años de kirchnerismo, y además, la mayoría de “esa gestión”, hoy trabaja por su candidatura. Es decir, está atado -de pies y manos- para ser claro y concreto.
Quizá más adelante, luego de las Paso del domingo y antes de las elecciones general de octubre, opte por clarar esas duras vitales sobre la economía que muchos empresarios cuestionan: qué hará con el cepo al dólar, las retenciones al campo, las negociaciones con los holdouts y otros temas, complejos todos, que han sido decisiones del gobierno que se retira pero que pretende una “continuidad con cambios”.
El equipo de Massa (de Izq. a Der.) Aldo Pignanelli, Ricardo Delgado; Miguel Peirano y Marco Lavagna.
Por su parte, Sergio Massa, que parece tener los economistas que más hablan del tema, por estos días, se refieren a un “programa consistente” que ataque primero la inflación y para eso hablan de cuatro puntos: 1) estimular la inversión con reglas claras con el fin de ir sacando de a poco el cepo cambiario. 2) consistencia en las cuentas del Estado, es decir no gastar más de los que ingrese en las cuentas públicas. Obviamente no al festival de emisión monetaria. 3) más libertad al Banco Central “para que haga su trabajo”, es decir, no bajar el gasto de golpe. 4) una mesa de diálogo con empresarios, sindicalistas, formadores de precios y demás, para tomar un compromiso a dos años e ir manejando las variables de la economía sin que nada se desmadre, ni los precios ni los salarios. 4) una baja de impuestos de acuerdo al funcionamiento de las variables anteriores.
Otra escena de Massa con sus economistas. Son los que más información brindan respecto a lo que harán.
En el entorno de Massa, señalan que es imposible eliminar el cepo en las primeras 24 horas del nuevo gobierno sin que se produzca un duro golpe en los bolsillos de los contribuyentes y, además, se mueva la estantería del funcionamiento macroeconómico.
La economía, quizá sea la deuda pendiente de los presidenciables después de las PASO del próximo domingo. Y será hora entonces, de echar luz sobre la oscuridad de lo que vendrá. Quien dé certezas, explique que hará y cómo lo hará, en cuanto a los grandes y complejos temas que acosan a la economía, será, en última instancia, quien pueda cosechar los votos necesarios que lo depositen en la Casa Rosada.