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Quiénes son los polémicos reyes argentinos del bitcoin: ya mueven US$ 5 M al mes

La compañía opera hace pocos meses en Canadá "minando" bitcoins y fue comprada por la israelí HRH, cuyas acciones crecieron 3000%. La comanda el inventor del Chocoarroz. ¿Mariano Jinkis, procesado en el FIFAGate, es socio del negocio?

08 Diciembre de 2017 10:01

En medio del boom bitcoin, la criptomoneda que es noticia en el mundo por la altísima cotización que alcanza por estos días [casi US$ 15.700 por unidad mientras se escriben estas líneas], vamos a contar el secreto mejor guardado vinculado con este fenómeno y la Argentina. Se trata de Bitfarms, una empresa argentino-canadiense-israelí que nació con fondos locales y que ya mueve más de US$ 5 millones por mes. ¿Cómo? “Minando”, o emitiendo bitcoins.

La dirige Emiliano Grodzki, el emprendedor que inventó el Chocoarroz. Y ya hay polémica sobre sus eventuales socios. Si bien él mismo se encarga de desmentirlo enfáticamente desde Toronto en charla con BigBang, buena parte del ecosistema emprendedor local -muchos de los cuales son sus colegas en el rubro-asegura que detrás suyo están los millones de Mariano Jinkis, el cuestionado empresario argentino imputado en el FIFAGate.

Socios: los argentinos Bonta y Grodzki (primero y tercero desde la izquierda) y sus socios canadienses, Matthew Vachon y Pierre-Luc Quimper. (Foto: Marcelo Lavintmann, publicada en www.calcalistech.com).

Bitcoin, alfajores de arroz, millones y millones de ganancias rápidas, FIFAGate. Esta historia tiene muchos condimentos sabrosos. Conviene ir por partes.

¿Fenómeno especulativo o mucho más?

Bitcoin está en boca de todos. Desde los que siguen de cerca el fenómeno de las criptomoneadas y juran que detrás de la tecnología de encriptación y la plataforma de blockchain hay una revolución que va a cambiar todo, similar a lo que pasó a mediados de los '90 con Internet; hasta el despistado que ahora se desvive por no quedarse afuera e invertir en “eso” que aumentó de valor más de 1.400% sólo en este año, y pasó de un precio de US$ 1.000 por cada moneda digital a superar los US$ 15.000.

Así luce una de las "granjas" de servidores mineros de Bitfarms.

Más allá del riesgo especulativo -del que varios popes económicos, como el premio Nobel Joseph Stiglitz, ya advierten-, y de lo complejo que puede ser explicar técnicamente el funcionamiento de este fenómeno, lo cierto es que parece que bitcoin llegó para quedarse.

Se trata de una moneda digital de código abierto, inviolable y descentralizada: no hay bancos centrales detrás de ella. También es anónima y blockchain, la tecnología de ciberbloques que es la base de su funcionamiento, se puede usar para muchas cosas más que para monedas virtuales, desde contratos digitales y micropréstamos, hasta auditar los proyectos de una gobierno. Sí, revolución en puerta.

“Tenemos 40 inversores del mismo country, y él va, es amigo, pero no somos socios

Sin dudas, la “industria” bitcoin está pasando por su momento de mayor ebullición. Más allá de la extrema volatilidad del precio de la moneda, el ecosistema está “on fire”.

La Argentina no se queda atrás de la tendencia. Muchos “techies” locales trabajan en forma remota para compañías del exterior del rubro y hay cada vez más startups e inversores que se suben a la ola. Entre los “viejos” evangelizadores del bitcoin a nivel global se destaca Wenceslao Casares. El argentino que fundó Patagon.com, la empresa que se vendió al Santander en US$ 700 millones en 2000, está hoy al frente de Xapo, una “billetera de bitcoins”, una suerte de banco para atesorar esa moneda.

Casares vive en Silicon Valley desde hace muchos años y no son pocos los que cree que ahora "la pegó otra vez" y se convirtió en “billionaire” (más de US$ 1.000 millones de patrimonio) gracias a sus inversiones tempranas en esta criptomoneda.

Después de venderle Chocoarroz a Molinos, Grodzki lanzó otra empresa de alimentos, My Urban Foods.

En ese contexto de efervescencia se destaca Bitfarm, una empresa que casi en silencio se convirtió en un emergente del segmento. Se trata de una compañía “argentino-canadiense-israelí”, formada inicialmente con capitales locales y dirigida por un argentino, Emiliano Grodzki, el mismo que le vendió Chocoarroz a Molinos, en 2012, por US$ 15 millones.

“Es el servicio público más grande de la historia y nadie lo controla, es desentralizado. Empezamos minando, comprando placas de computadoras en Galería Jardín y nos tuvimos que ir a Canadá porque no hay capacidad energética, que es el motor para minar bitcoins”, asegura. Las bajas temperaturas durante casi todo el año en ese país y los bajos costos de la energía eléctrica hace que sea un país ideal para “minar”.

¿Minar bitcoins? Puede resultar complejo entender este universo de criptografía, matemáticas y cálculo informático. Básicamente, “los mineros” -cualquier puede serlo, no hay que pagarle nada a nadie ni pedir permisos (solo se necesitan equipos y un software libre)- son los encargados de validar las transacciones que se hacen en toda la plataforma durante un tiempo corto y aleatorio. Por eso cobran una comisión. Además, en ese ratito en que son los “dueños” y deciden sobre el resto, cada “minero” puede generar sus propios bitcoin. O sea, ganan dinero por hacerlo. Cuando la cotización de la criptomoneda es tan alta, los márgenes puede ser muy grandes. Y cuánta más potencia de cálculo tenga ese “minero” (computadoras y energía), más puede ganar. Por sus bajas temperaturas y su energía barata, Canadá es uno de los mejores países para desarrollar esta actividad. Allí fueron los argentinos casi sin dudarlo.

Otra vista de la empresa canadiense: en esos servidores se autorizan las operaciones en bitcoins y mina la moneda.

Polémica

Hay un rumor que recorre el ecosistema bitcoin local desde hace semanas: “uno de los inversores del negocio en Canadá es Jinkis”. La referencia es al polémico empresario Mariano Jinkis, uno de los implicados en el llamado FIFAGate. Jinkis y su padre Hugo estuvieron detenidos y son juzgados en EE.UU., pero a diferencia de otro de los implicados, Alejandro Burzaco, preso en Nueva York, la justicia local decidió que no serán extraditados. Pagaron unos $ 12 millones de fianza y no pueden salir del país.  

¿Burbuja? Este año, la cotización del bitcoin voló de US$ 1.000 a más de US$15.000.

Mariano Jinkis y Grodzki son viejos amigos. Se conocen hace muchos años y comparten deportes y asados en un country de Cardales. Cinco fuentes vinculadas a los negocios digitales en la Argentina relacionaron al implicado en el FIFAGate con la inversión inicial para Bitfarms. Un monto que habría sido primero de US$ 1,5 millones y que rápidamente habría crecido, dado el éxito del negocio, a US$ 30 millones. Una de las fuentes, incluso, llegó a ver a Jinkis en reuniones en las que buscaba inversiones para su negocio de bitcoins.

BigBang intentó hablar con Jinkis, pero sus representantes legales declinaron la oferta amablemente. “¿Le está yendo muy bien con ese curro, no?”, preguntó otro allegado al empresario que no quiso dar su nombre.

“Argentina es un enorme país para hacer cosas con blockchain

“Tenemos 40 inversores del mismo country, y él va, es amigo, pero no somos socios, ni él puso plata. Tampoco sería comercialmente viable tenerlo en la empresa”, asegura Grodski.

Esa “no viabilidad”, sin embargo, sólo parece pesar para el exterior. En el país, ambos son flamantes socios en Next Page Capital, una empresa registrada a comienzos de noviembre de este año y en la que los dos figuran como directores titulares. Nicolás Bonta, amigo de ambos y socio de Grodzki en el negocio de los bitcoins en Canadá, es el presidente de la sociedad, domiciliada en el Barrio Norte porteño.  

Uno de los objetos de esa empresa es la “administración y distribución nacional e internacional de cripto monedas, quedando excluidas las operaciones comprendidas en la Ley de Entidades Financiera”. Grodzki dice que esa compañía no tiene "nada que ver" con sus negocios en el exterior, que la idea era hacer con ella inversiones inmobiliarias y que la cerrará en breve, a pesar de que tiene poco más de un mes de vida. 

Para arriba: así evolucionó este año la cotización de esta criptomoneda (Blockchain.com)

¿Son socios? Ellos juran que no; sus colegas del mercado dicen que sí, casi por unanimidad. 

La cortísima historia de Bitfarms es un torbellino y una muestra de la velocidad a la que pasan las cosas en este negocio. “Pero quizás fueron algo desprolijos en el arranque con el tema de las inversiones”, desliza, con cierta ironía, otra fuente del sector.

Lo cierto es que la empresa, con su operación canadiense, ya “mina” más del 1% del volumen global de bitcoins. Eso es mucho. Y muy rápido llegaron más inversores; israelíes, en este caso.

Natural Resource Holdings (NRH), una firma israelí bastante poco conocida, que se dedica a la minería tradicional, se quedó hace un mes con la mayoría accionaria de Backbone Hosting Solutions, la empresa madre de Bitfarms. Fue un cambio de acciones, en verdad: NRH se quedó con el  75% de las acciones de Backbone, y ésta con el 75% de la primera. Tal fue el impacto del huracán bitcoin en la firma israelí que sus acciones, que cotizan en bolsa en la bolsa de Tel Aviv, tuvieron alzas que tocaron el 4.000%.

Mariano Jinkis (adelante) y su padre Hugo, implicados en el FIFAGate.

Según el sitio Ctech, la canadiense tendría “4 granjas de servidores en Quebec, que proporcionan servicios para la minería de Bitcoin, Ethereum, Bitcoin Cash y Litecoin” y estaría construyendo dos  granjas más que comenzaría a funcionar en 2018.

La inversión hizo la compañía israelí en el proyecto que Grodzki y Bonta arrancaron hace pocos meses comprando computadoras en Galerías Jardín, pasó a tener un valor de mercado de unos US$ 700 millones.

Sin dudas son los “mineros” criollos de bitcoins más exitosos hasta el momento. Y más allá de los rumores sobre sus polémicos supuestos socios, van por más y aseguran que alcanzarán valores de mercado de más de US$ 3.000 millones muy pronto. ¿Será?

Por lo pronto, desde el gobierno macrista piden no invertir en bitcoins. Desde la Comisión Nacional de Valores (CNV) advierten que las monedas virtuales son "inversiones especulativas de alto riesgo" y piden informarse muy bien antes de decidirse.

“Argentina es un enorme país para hacer cosas con blockchain. Y esto cambia todos los días”, afirma Grodzki, el rey del Chocoarroz que ahora quiere reinar en el volátil universo de la criptomoneda que desvive a todos.