De no saber absolutamente nada sobre juguetes sexuales y bienestar sexual, una mujer porteña y empoderada se animó a jugar a ser algo similar a lo que hacía Alessandra Rampolla cuando salía en televisión hablando sin tapujos sobre sexualidad. La epifanía de Mariana Rincón fue: “Si ella puede, ¿por qué no yo?”. Bajo esta premisa, cambió su vida para siempre.
Sin miedo ni timidez, se mandó nomás e ingenió un negocio que hace unos años era furor: en 2009 empezó a hacer encuentros de Tupper Sex. Estas son reuniones en las que mujeres entre masitas y copetines, copas de vino y champagne, probablemente en el marco de una despedida de soltera, conocen de lencería, cosmética y juguetes eróticos. “¿Los probaste antes de lanzarte con tu emprendimiento?”, preguntó BigBang. Rincón, entre risas, soltó en exclusiva su verdad: “Ni había entrado a un sex shop en ese momento porque me daba vergüenza y hoy por hoy, mi cara está por otros lados”.
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En ese animarse a apostar por su pasión por los sex toys y lo que puede aportar en calidad de vida a las personas, conoció al hijo del dueño de la tienda de bienestar sexual más grande del país: Buttman y comenzó a trabajar con ellos desde 2013. Miguel Ángel Huarte, hijo del dueño de la empresa que hace 22 años tiene un local gigante en plena Avenida Corrientes, vio su potencial: “En la búsqueda de expandirse, en una Buenos Aires que está cada vez más abierta mentalmente y sexualmente, me invitó a trabajar en la nueva sede del sex shop que abrió hace un año y medio en el barrio de Belgrano”.
Rincón aceptó sin dudarlo. En la actualidad tiene su propia cuenta desde donde juega y da instrucciones de uso creativas de los "chiches" que la tienda de bienestar sexual le provee para experimentar y, básicamente, hacer el marketing de los productos. La idea es poder romper el miedo y darle un acercamiento más friendly a los objetos que puede potenciar el placer. Al mismo tiempo, en la tienda virtual, como en la cuenta de Instagram es quien se puede ver dando los tips de uso para un encuentro pasional.
-¿Cómo llegaste a asumirte como juguetóloga?-¡Ando con juguetes todo el santo día! (ríe). No soy una especialista pero trato de serlo. La realidad es que tengo información de tantos años acumulados de lectura, de investigar, de prepararme. En su momento tenía una columna de sexo semanal en Radio LATE 93.1 que conducía Diego Moranzoni, pero también lo hice para Seba De Caro en Vorterix en su programa "Una casa con diez chinos". Cuando vi a Rampolla en lo de Susana Giménez algo se despertó en mí, pero soy sincera: no sabía nada. Entonces empecé con las reuniones a domicilio de Tupper Sex. Fue hermoso y agotador. Lo cierto es que yo compraba en Buttman porque era mi mayorista pero lo hacía online, nunca había ni entrado a un sex shop, me daba verguenza. Al momento que me decidí por ser juguetóloga, obvio que compré, probé y me quedé con algunos. Pero antes no había tenido un juguete.
-¿Qué pensás ahora de los juguetes?
-El juguete sexual me pareció liberador para un montón de mujeres y de hombres. Sobretodo porque hay patologías que puede colaborar. Pienso que esto nos hace bien, nos estimula, nos da vida. Es un aditamento, pero no es un reemplazante un otro porque eso es un mito. Me encanta pensar en que, con los sex toys, una persona puede tratar de empezar a conocerse. Es real que muchas personas no saben cómo estimularse, no saben si han tenido un orgasmo o no. Cuando lo tienen te agradecen. Recuerdo a una clienta que me contó: “Estuve casada 10 años y hasta que no me vendiste un juguete, no había tenido un orgasmo. Yo creía que si, que el disfrute de lo que sentía era pero no era. No llegaba nunca al climax real". Estaba tan agradecida, que yo me emocioné. Pienso en lo que uno hace solo con vender un juguete.
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-Para vos, ¿qué es bienestar sexual?
-Creo que no necesitamos estar en pareja para tener una buena vida sexual. Podemos utilizar un juguete, pero sin el juguete podés encontrar bienestar sexual pero para mí sería: que uno pueda estimularse la zona que a uno le guste, cómo le guste, con juguetes o con las manos u otra zona, frotándose con alguna almohada, almohadón., toalla... ¡Lo que les guste y que pueda sentir y experimentar para saber hasta donde uno puede llegar! Si uno no experimienta, no sabe. El bienestar sexual viene por ahí, de una sexualidad plena.
-¿Cuáles cuidados hay que tener con los sex toys?
-Es importante saber cuidarse también para no contraer infecciones. Conocerse te da seguridad. En el caso de los juguetes de Buttman, la empresa sacó una línea propia que se llama Sex Therapy. Hay mucha variedad y son muy diferentes, y son hipoalergénicos y hechos para estimular las zonas que se deseen cualquier tipo de género. Mi recomendación: hay que higienizar los productos antes y después de usarlos. Con agua tibia y jabón blanco, nunca con alcohol, sería suficiente. Y, después, dejarlos secar y guardar en una bolsa que no genere pelusa.
Juguetes sexuales
Rincón trajo en exclusiva a la redacción de BigBang varios de los juguetes de Sex Therapy y explicó sus funcionalidades y modos de uso. De estos destacó:"Lula" (fino y elegante estimulador de clítoris de diseño tridimensional tus zonas erógenas favoritas) que tiene un costo de 18.154 pesos. "Lipstick" (estimulador sexy y efectivo con forma de lapiz de labios) que cuesta 9.680 pesos y tiene cuatro cabezales diferentes. "Playtail bunny" (plug con pompón para el placer anal) y vale 3.763 pesos. "Playtail fox anal plug) (plug anal con cola de zorro color rosa) de 4.675 pesos. "Luxury fantasy" (juguete que posee tres funciones y puede ser estimulador como succionador y hasta puede usarse para la penetración) se encuentra a un precio de 26.574 pesos. "Luxury Lety 2" (es un vibrador de empuje y tiene tres cabezas, puede penetrar y estimular el clítoris al mismo tiempo) su valor es de 21.683 pesos. "Luxury succión 8" (juguete de doble estimulación con rotación central) y tiene un costo de 26.354 pesos. "Hannah 10" (sextoy estilo "partner" porque tiene un combo perfecto: rozar clítoris, punto G y penetración peneana al mismo tiempo) y su precio es de 12.100 pesos.
Del mismo modo, anticipó una primicia: "El hijo del dueño empezó con inquietudes de expandirse un poco más y el padre fue cediendo, era complicado de convencer pero Buttman es una empresa familiar de padre e hijo. Anticipamos el tecer local y es en el Alto Palermo". "Es el primer sex shop en un shopping en el país. Habla de una sociedad bastante madura en el temapara para poder encarar un proyecto así al tratat de integrarlo en un ambiente familiar, de consumo y de mucho tránsito", agregó y concluyó: "Estamos buscando cambiar la forma de ver estas tiendas y que sean llamadas como corresponde: tiendas de bienestar sexual, ya no sex shop".