05 Septiembre de 2016 12:57

Llega la temporada de sol y no sabés qué inventar para eliminar esos rollitos anti bikini que tu cuerpo atesoró durante el año. La buena noticia es que ¡es posible! Sólo tenés que ser consciente de lo que comés, sin ser fanática, del control. Te vas a sorprender al descubrir la cantidad de calorías prescindibles que entran en tu organismo en cada comida. Si reducís 500 por día, podés perder medio kilo para el fin de semana. Además, ciertas actividades cotidianas, como subir las escaleras de tu casa o ir de compras caminando, pueden ser tus aliadas.
#1 Ojo con el café con leche:
Café en el desayuno, café a media mañana, café después de comer y a media tarde. El cafecito es un gran aliado para combatir el cansancio y recargar pilas, pero ¿cómo le cae tanto café a nuestra dieta? Si optás por tomarlo solo, es prácticamente acalórico. El problema surge cuando agregás leche, azúcar o crema.
¡Ojo con el café!
#2 ¿Es la ensalada el plato más sano?:
Depende. En nuestro día a día no somos conscientes de la cantidad de calorías innecesarias que sumamos a nuestros platos. Podés permitirte un capricho, pero si no te medís, podés convertir un plato sano en uno hipercalórico. Por ejemplo: creemos que una ensalada es lo que menos engorda, pero cuando empezás a agregarle ingredientes como jamón, queso o mayonesa, puede ser peor que comerse una hamburguesa o un plato de pasta.
Todo bien, pero sin mayonesa ni aderezos.
#3 La forma de cocinar:
Para reducir calorías en nuestra dieta sin pasar hambre, hay que tener en cuenta la forma de cocinar y las cantidades de aceite. No es lo mismo un plato al horno o al plomo (envuelto en papel de aluminio), que las frituras o los rebozados. Tres o cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva al día deberían ser suficientes, y por supuesto, te olvidarte de las salsas y los condimentos grasosos.
Moderá el uso del aceite, y en lo posible, que sea de oliva.
#4 ¡Chau al picoteo!:
Este es tu enemigo número uno. Dulces y snacks salados están llenos de calorías vacías que lo único que consiguen es saciarte en momentos de aburrimiento o ansiedad, pero sólo a corto plazo. Pasados los primeros minutos, el chocolate, los azúcares y las grasas saturadas harán que tengas más hambre y comas compuslivamente. Asi que, evitá las papas fritas, pochoclo, los frutos secos salados, las galletitas (¡aunque sean light!), y los dulces procesados. Pasate a opciones de snacks saludables bajos en calorías.
¡Guarda con los snacks!
#5 Desayuno energético:
Si a media mañana o a la hora de la merienda no podés aguantar y estás a punto de tragarte a alguien, elegí un yogur o una fruta. Si el tiempo te lo permite, mimate con un buen desayuno con lácteos, cereales integrales, fruta, y por qué no, algo dulce: es el mejor momento para eso, ya que el cuerpo puede quemar su energía calórica durante todo el día con más facilidad. Elegí algo tranqui, rico, pero no una bomba: un bay biscuit, alguna vainilla, ¡no una medialuna rellena de dulce de leche!
El desayuno sano como carga energética.
#6 Tareas quemagrasas:
Por último, tené en cuenta cuáles son las tareas "quemagrasas", si sos de las que no pisa el gimnasio ni a punta de pistola. Quemá calorías en tu vida cotidiana: subí por las escaleras en vez de por el ascensor, y si el tiempo está lindo volvé a tu casa caminando. Los fines de semana buscá alguna actividad que te divierta y te ponga en movimiento, en vez de tirarte en el sofá a ver películas. La limpieza del hogar siempre nos da fiaca, pero si no tenés otra opción, puede ser una forma de hacer ejercicio sin moverte de casa. ¿Sabías que pasar la aspiradora durante 30 minutos te ayuda a quemar 150 calorías, y que lavar platos a mano, 160? Y tu hogar, ¡reluciente!
¡Dale, que quemás grasas!
Si sos constante, en poco tiempo comenzarás a notar resultados. Es una buena forma de reeducar cuerpo y mente.