01 Julio de 2016 09:47

El ajo actúa como inhibidor del apetito, otorgando sensación de saciedad. Si sentís que usualmente comés más de lo necesario, la incorporación de la panta en tu dieta puede hacer que bajes tu volumen de consumo de comida. También mejora el metabolismo, estimulando el sistema nervioso para que aumente la producción de hormonas. Esto genera una mayor y mejor utilización de calorías, y por consecuencia, quema de grasas.
Si no tenés una cita en agenda...
También tiene otras propiedades que, si bien no apuntan directamente a la reducción de peso, están relacionadas: el ajo reduce la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos. Todos estos beneficios se deben a que es un vegetal con proteínas, potasio, calcio, y vitaminas A, B, B2 y C.
¿Una que no falla pero es un poco asquerosa? Poné un diente de ajo picado en una taza de leche toda la noche, y toma la leche a la mañana siguiente, en ayunas. Y si sos valiente, tragá un diente de ajo como si fuera una aspirina, con un vaso de leche también. Tranqui, que la leche evita tanto el mal aliento como la transpiración con ese olor inmundo.
El ajo puede agregarse a ensaladas, comerse crudo, con pan o en cualquier producto o comida que lo contenga.
¡Animate!
Una porción de 28 gramos de ajo contiene:
Manganeso: 23% de la dosis diaria recomendada
Vitamina B6: 17% de la dosis diaria recomendada
Vitamina C: 15% de la dosis diaria recomendada
Fibra: 1 gramo
Selenio: 6 % de la dosis diaria recomendada
Proteína: 1,8 gramos
Hidratos de carbono: 9 gramos
42 calorías
Cantidades interesantes de calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro, y vitamina B1.
Si tu chico anda con la nariz tapada por estos menesteres invernales, ¡aprovechá!