05 Septiembre de 2016 13:31

En el momento de la intimidad, puede ocurrir que la erección no sea la deseada, o que no dure el tiempo necesario. En estos casos, las preguntas por parte de ambos miembros de la relación brotan como agua de una catarata: ¿Soy impotente? ¿Por qué pierdo la erección? ¿Qué va a pensar ella de mí? ¿No le gusto lo suficiente? ¿Habrá otra persona en su vida? ¿Es mi culpa?
Si pasaste por esa situación, seguro te hiciste esas preguntas y no las charlaste con tu compañero. Ese es el error principal. No hablar del tema puede agravar la dificultad sexual.
¡Puede pasar!
Las causas:
La pérdida de la erección puede tener distintas causas. La mayoría de la disfunciones en hombres menores de 50 años son por causas psicológicas.
Las cuestiones físicas y orgánicas también pueden ser un factor, también alguna enfermedad como la diabetes, o bien la toma de alguna medicación en particular.
La cabeza en contra.
Por eso es fundamental consultar al médico, para descartar cualquiera de estas opciones. Pero si la causa es psicológica, la primera vez que pasa suele marcar un antes y un después en la vida del sujeto. El siguiente encuentro sexual anticipará la posibilidad de fracaso, con lo cual el hombre estará más pendiente de su erección que de pasar un buen momento, generando lo que los psicólogos llaman “el rol del espectador”.
¡Podés ayudar!
Y son los mitos los que juegan un rol fundamental en estos pensamientos, que deterioran la autoestima del hombre y aumentan su temor al fracaso, haciendo más profunda la disfunción. La ansiedad desmesurada por “cumplir” retroalimenta todo el circuito.
Hablar es fundamental.
¿Qué hacer en casos así? Algunos aspectos clave:
Rompé mitos y falsas creencias.
Fomentá la comunicación sexual en la pareja, hablá de sexo no sólo en la cama o cuando la dificultad aparece. Hacé foco en lo que te gusta, en lo que sí funciona.
No centralices toda la atención en la erección del pene, focalizala en las sensaciones que experimentás.
Entre los dos.
Pedí ayuda a un profesional que los haga sentir cómodos, y nunca crean que lo que le spasa no tiene solución. La disfunción eréctil es un tema tabú, por eso quienes la padecen sienten que son los únicos en el mundo a los que le spasa. Pues no.
¡Recordá que el objetivo del sexo no es la erección del pene. Es disfrutar el momento!