Sergio Gallegos Castorena y Benjamin Lloyd no se conocen. Viven en distintos lugares del planeta y dedican a su vida a actividades muy diferentes.
Sergio Gallegos Castorena.
Gallegos Castorena es pediatra y vive en Guadalajara, México, y Lloyd es aerografísta, tatuador, y vive Auckland, Nueva Zelanda. Ambos hacen que la vida de niños con problemas de salud sea un poco mejor.
¿Spiderman? No, el doctor.
El médico es oncólogo pediatra a cargo de la Clínica de Leucemia en el nuevo Hospital Civil de Guadalajara, y tiene muy claro que los pacientes que lo visitan están atravesando una situación de salud tremenda. Sabe que sus pacientes no quieren estar allí, pero él logra que sus visitas no sean todo lo dramáticas que se supone.
Atiende a sus pequeños pacientes disfrazado de súper héroe, de mago, de payaso, de rey, y los hace sentir especiales.Cuenta Gallegos: “La idea es que la consulta se convierta en un evento especial. Un evento donde los niños se sientan queridos, que se sientan especiales. Que piensen, "hoy voy al hospital, ¿qué va a pasar, de qué va a estar disfrazado el doctor, qué sorpresa me va a tener?". Yo preparo mi consulta pensando en qué tan agradable va a ser para ellos”.
Genio de genios.
Dice el doctor que toda su familia es parte de la organización de los eventos. En las navidades su mujer prepara el trineo, sus sobrinos y hermanos juntan regalos, y todos a su alrededor quieren ser parte de estas acciones que hacen bien.
Gallegos Castorena comenzó a ponerse disfraces recordando su propia historia. Fue paciente pediátrico con cáncer y aún se le dibuja una sonrisa pensando en los payasos que iban a hacerlo reír mientras le hacían quimioterapia.
Empecé con un motivo pero la vivencia ha multiplicado los motivos. Todos los motivos los puedo reducir en una sola palabra, amor. Amor por mis pacientes.
Y en la otra punta del mundo, en Nueva Zelanda, está Benjamin Lloyd. Trabajó como aerografista más de 10 años y hace algunos meses empezó a tatuar. Sus amigos se pusieron en sus manos y uno de ellos fue a realizarse el tatuaje con su hijo. El peque, que sufre una enfermedad crónica, le pidió que lo tatuara y Lloyd le hizo un tattoo temporal.
Benjamin y uno de sus tatuados.
Subió la foto a su Facebook y se comprometió: si recibía más de 50 likes iría al Auckland's Starship Children's Hospital a tatuar a todos los chicos enfermos.
Con éste niño comenzó todo.
¿El resultado? ¡Más de 450.000 likes! Así Lloyd tatuó a muchos niños que quieren sentir la emoción de la tinta sobre la piel. Con este acto logró sacarles una sonrisa a muchos pequeños que dicen que se tatuarán de verdad cuando sean grandes.
A los chicos les encantó. Se reían mientras les hacía el tatuaje y después parecían muy entusiasmados con su nuevo look.
¿Qué se tatuará cuando sea grande?
Dos hombres, muchas historias historias, personas que con su actitud están cambiando el mundo.
Hermoso.
Fuentes: New Zeland Herald, Cultura Colectiva.