28 Abril de 2016 09:59

Nació en Tennesse (Estados Unidos) el 22 de abril de 1923, y no tuvo una infancia muy feliz que digamos. Su papá robó un auto y fue enviado a prisión y ella pasó un buen tiempo en un orfanato. Finalmente sus padres se divorciaron, y se convirtió en una adolescente dedicada a los libros. Al terminar la secundaria se mudó a Nueva York a estudiar teatro.
El flequillo adolescente que luego se pondría en punta fue su marca.
Un fotógrafo amateur la vio y enseguida le pidió que posara para él. A sus 27, Bettie no consideraba un problema fotografiarse desnuda. Las tomas llegaron a manos del aun joven promesa del mundo del erotismo, el señor Hugh Heffner, quien la llevó a las páginas centrales de la revista Playboy en 1955 con unas fotos que se hicieron famosas más tarde. En ellas se la veía apenas vestida con un gorro de Papá Noel, armando el arbolito de Navidad.
Desenfadada y llena de curvas, era magnética.
Casada y divorciada cuatro veces, dos de ellas fueron con su novio de la secundaria, Billy McNeal, de quien se dice que intentó matarla. Su segundo esposo era 12 años más joven que ella y cuando Page se dio cuenta de que "solamente tenían en común el gusto por las películas y las hamburguesas", se separaron. Perdió un embarazo en 1947 durante su primer matrimonio, y nunca logró volver a embarazarse.
Es sólo un trabajo
Su ocupación no le parecía indecente, sino todo lo contrario: sólo era eso, un trabajo. Bajo la influencia de Irving Klaw, su fotógrafo de cabecera, adoptó su insigne look: el cabello bien oscuro, la melena y el irreverente flequillo en punta que serían su marca personal. Se convirtió en la primera estrella del bondage con sus fotos llenas de cuero, tacos aguja y látigos. Las escenas sadomasoquistas siempre fueron actuadas, nunca reales.
Pionera de las escenas sado-maso, para ella eran un juego irreal.
Parecía estar destinada al cine clase B. Mientras la hermosa Marilyn colmaba las pantallas, Bettie se quedaba en los estudios cercanos ansiando ser una coestrella de las grandes figuras de la época, como Bette Davis o Gregory Peck. Sólo alcanzo a hacer algunas películas que hoy son culto, pero que en su momento no pasaron de ser piezas eróticas.
Pin Up Baby
Bettie continuó en ascenso su carrera como modelo. En 1955 ganó el título de Miss Pin Up. Amaba su cuerpo y era absolutamente desprejuiciada, pero a la vez era una cristiana muy creyente y no salía con hombres fumadores. Marcó tendencia para un séquito de voluptuosas mujeres de labios rojos, peinados con spray perfectos, sonrisas súper sexys, pestañas explosivas y entallados outfits a lunares o de colores centelleantes, posando con gracia y picardía. Explotó lo femenino al máximo. Hoy, muchas la imitan y copian su estilo, homenajeándola y admirandola, como la cantante irlandesa Imelda May.
No creía en el pecado del cuerpo desnudo, sino que defendía el libre derecho de expresar la sexualidad. A finales de los ´50 desapareció de escena. Nunca se supo si fue por un supuesto miedo a envejecer, porque lo pin up había pasado de moda, o por un material pornográfico que supuestamente se había divulgado. Lo cierto es que se le perdió el rastro hasta principios de los ´90, cuando fue entrevistada por el programa The Lifestyle of Rich and Famous, aunque por teléfono. No quiso que la vieran. Prefirió ser recordada como se veía antes.
Chica de tapa
En 2003 cambió de parecer y permitió que la fotografiasen para un número especial de Playboy. Tiempo después sufrió una fuerte crisis nerviosa y fue diagnosticada con esquizofrenia, por lo que pasó casi dos años internada en una clínica psiquiátrica. En 2005 su vida fue llevada al cine en The Notorius Bettie Page. Falleció en 2008 a raíz de una fuerte neumonía, a los 85 años.
Su look sigue siendo influencia en muchas mujeres. Su gracia y belleza naturales nunca fueron intencionales, según sus palabras: “no estaba tratando de ser noticia. Nunca fui una liberal. Yo solo fui yo misma, no sabía como ser de otra forma. Me gusta andar desnuda. Nadar desnuda, caminar desnuda por la casa. Simplemente te hace sentir libre, como un pájaro”.
"libre... como un pájaro..." (B.P.)