Laura Alcoba no se aleja de los escenarios que narra, es más, se sumerge de lleno en el horror, como lo hizo en su trilogía “La casa de los Conejos”, un relato desgarrador sobre la dictadura en primera persona.
Lo cierto es que la autora se trasladó a París a sus 10 años y en medio del contexto del Golpe de Estado en Argentina, huyendo de las armas, de las desapariciones y de la violencia. Allí conoció a los protagonistas de su nueva novela, “A través del bosque”.
La historia transcurre en dos años: 1984 y 2018. El inicio de “la tragedia”, como así lo llama la familia parisina víctima de ella, se da en la década de los 80, pero el conteo para que explote la bomba comenzó muchos años antes.
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Un libro narrado a tres voces, y si se quiere, una cuarta: Laura Alcoba como oyente y protagonista de una historia totalmente cautivante y demoledora de principio a fin.
Griselda y Claudio son padres de tres niños, viven en una pequeña portería ubicada dentro de un colegio, donde ambos trabajan. Un día como cualquier otro, Griselda experimenta un gran malestar, pero su voz queda apagada, nadie la escucha, a nadie le preocupa.
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Su condición de mujer queda desdibujada para darle paso a “la madre”. El único color que tiñe su vida es el de las sombras de ojos, con las cuales castiga su rostro hasta el cansancio, día tras día. Su amor, áspero al tacto y falto de sentidos. Griselda pide auxilio en un contexto falto de empatía por su delicada salud mental.
En medio de un shock, Griselda baña a dos de sus hijos y termina ahogándolos en la bañera. 30 años después, Laura Alcoba revive “la tragedia” a través de fuertes testimonios, de Flavia, la hija sobreviviente, quien en aquel entonces se encontraba en la escuela y que se salvó de casualidad.
Una película de Martín Scorsese fue el desencadenante en la mente de Alcoba, quien al ver que en el film una madre ahogaba a sus hijos en un lago, despierta sus recuerdos más inquietantes.
De pequeña, la autora conoció a Griselda y Claudio y hasta pasó tiempo con ellos, cuando apenas se había mudado a París. Dicha pareja tuvo una breve amistad con sus padres.
En 2018, Alcoba reconstruye el fatídico día en el que Boris y Sacha, los dos hijos del matrimonio pierden la vida de una manera brutal, a manos de su madre.
A través del testimonio de Flavia y de Griselda, se construye en la novela un mundo íntimo entre madre e hija, sacudido por los vestigios de la desgracia. ¿Cómo logra sobrevivir una familia a tanta crueldad? La respuesta se encuentra en un vaivén entre pasado y presente, amor y odio corrosivo.
Laura Alcoba no busca un por qué en los testimonios de madre e hija, sino un cómo. Cómo una madre puede llegar a cometer tal aberración, cómo una hija se salva y cómo se juntan los escombros de esta familia para darle lugar a la calidez, después de tanto dolor.