Hace tan sólo dos semanas, la casa de Gran Hermano dio un giro de 180° para sumarle más personas, emoción, peleas, amor y dramatismo al reality con el ingreso de un total de siete participantes: cinco de ellos son totalmente nuevos y los otros dos lugares, fueron ocupadas por Sabrina Cortez y Denisse González que ya fueron eliminadas por decisión del público.
De esos cinco participantes nuevos, hubo uno en específico que rápidamente se ganó el cariño del público: Darío Martínez Corti. El participante de 57 años ingresó contando que tiene cuatro hijos -por los cuales ya lloró por extrañarlos y no saber cómo están-, un nieto y está casado hace 32 años. Además, contó que su lugar preferido es la cocina porque si bien no es chef, se da mucha maña para cocinar.
Cuando ingresó a la casa más famosa, todos los participantes lo recibieron con la mejor de las ondas. Incluso, mucho mejor que al resto: lo abrazaron, saltaron a su alrededor y le dieron una confianza muy firme de que si o si iba a ser un participante el cual iban a querer y respetar por su manera de ser.
Pero después de una semana, Darío quedó nominado por distintos votos que le repartieron y el público decidió que sea la persona menos votada, ya mostrando un cierto cariño hacia él. No obstante, todavía en la casa no demostró muchas cosas ni siquiera su juego, pero sí dejó varias perlitas para hablar.
A decir verdad, ni bien ingresó se lo relacionó fuertemente con Virginia, con quien se conocía desde afuera por ser ambos residentes en La Plata, y todos los "hermanitos" comenzaron a intentar forzar un amor del cual no pudieron porque él está casado hace más de 30 años y ella fuera de su interés.
En las dos semanas dentro del reality, Darío mantuvo diversas conversaciones con Virginia por lo que los une la edad, él tiene 57 y ella 55, y también se relacionó bastante con Bautista, Nicolás y diversos varones de la casa. A pesar de que no dio mucho por hablar a nivel juego y estrategia, si lanzó una frase picante en una conversación que mantuvo con sus compañeros que hizo deschavar uno de los máximos secretos de Gran Hermano: las fiestas de los viernes.
Los días de semana se practican distintas actividades y los viernes se realizan fiestas en el sum con distintas temáticas: disfraces, colores, personajes, películas, y cualquier cosa que se le ocurra a la producción. Desde la televisión lo que se ve, es un lugar todo ambientado de fiesta, un DJ con las mejores canciones y a los "hermanitos" divirtiéndose al ritmo de la música y con un trago cada uno.
Pero, al parecer, nada es lo que se ve, porque Darío contó abiertamente la realidad de la "fiesta de los viernes" las cuales no son tan buenas como parece ser en las pantallas. "De afuera la gente la mira y debe pensar que la pasamos bomba, pero no tenés agua, repiten los temas, un baño abierto, te dan sólo una copita de alcohol y estás dos horas", comentó.
Lo cierto es que desde la producción se ve que le ponen mucho esfuerzo a la ambientación del lugar para que parezca que los participantes están dentro de un boliche como cualquier otro, pero nada de todo eso es la realidad que viven ellos. Incluso, los días que menos mide el programa son los viernes porque está aquella fiesta de la que ahora salió a la luz que poco se disfruta.